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Mary Sánchez |
Teror (Gran Canaria), 31 de agosto de 2012 / Honores - Fiestas del Pino / Gabinete de Prensa
El Ayuntamiento de Teror entrega hoy viernes 31 de agosto,
tras la lectura del Pregón en la Plaza del Pino, las distinciones de Hija
Adoptiva, a la cantante Mary Sánchez, Insignia de Oro Municipal, al profesor
Manuel Arencibia, y los Homenajes Públicos de manera póstuma a seis empresarios
del municipio que fomentaron en la segunda mitad del siglo XX la actividad
comercial y empresarial en Teror, generando dentro y fuera del municipio
empresas que aún se mantienen generando un gran número de empleos. Ellos son
Isidro González, Emiliano Arencibia, Benjamín Rodríguez, Salvador Cárdenes,
Carlos Acosta y José Manuel Nuez .
Mª Dolores Sánchez
Ramírez, más conocida como Mary Sánchez, ha paseado el nombre de Teror y de
la Virgen del Pino por todo el mundo a través de su cancionero. Desde
principios de los años 50, de la mano del compositor Néstor Álamo, la cantante
grancanaria se convirtió en un refe-rente de la música canaria e inició también
su relación artística más intensa con la Villa de Teror. Su pre-sencia fiel en
la Villa Mariana durante todas estas décadas la han convertido en un verdadero
emblema de canariedad y en una de las más vehementes intérpretes de todas esas
canciones que constituyen uno de los componentes más estimados del acervo
cultural terorense. En reconocimiento a su entrega y vinculación a Teror y a la
Fiesta del Pino, que además pregonó en el año 2009, el Ayuntamiento de Teror le
concede la distinción de Hija Adoptiva del municipio.
El profesor Manuel
Arencibia González, nacido en Valleseco, ha rea-lizado una loable labor
educativa en el municipio de Teror desde hace un cuarto de siglo, primero en el
barrio de Ojero y, desde hace casi dos décadas, en el Colegio del barrio de
Miraflor. En este Centro Educativo ha
conseguido, desde su cargo de Director, que de un centro de dos aulas haya
alcanzado la categoría de Línea 1, con un total de casi 180 alumnos y alumnas y
un claustro de 15 maestros y maestras, mejorando las infraestructuras, calidad
educativa y prestaciones al lugar donde se sitúa, constituyéndose en un
referente educativo para toda la zona. En reconocimiento a su labor docente en
el municipio, y en el mismo día de su jubiliación el 31 de agosto de 2012, el
Ayuntamiento de Teror le hace entrega de la Insiginia de Oro Municipal agradeciendo
los servicios prestados durante tantos años.
Isidro González Gil (Teror
1929-2001) comenzó a trabajar con tan solo 11 años para ayudar a su familia. En
su trayectoria personal y profesional fue fundamental su traslado al Puerto de
la Luz tras su matrimonio. Allí, mientras vendía puros conoció a un fabricante
de galletas que tenía en venta su fábrica y decidió iniciarse en esta labor.
Fue así como empezó a fabricar y vender
galletas Las Cibeles, que luego pasó a llamarse Galletas Bandama. Don Isidro fue un incansable emprendedor, que
viajaba y buscaba siempre novedades para su negocio. En 1966 trajo desde
Barcelona la concesión para la fabricación de donuts, que empezó a
comercializar con la sociedad EIDETESA, Explotaciones Industriales de Teror SA,
fundada con el entusiasmo que transmitió a fami-liares y amigos terorenses. En
1974 emprendió una nueva aventura empresarial con la adquisición de “Productos
Trabel”, que reflotó y amplió fundando una serie de empresas para la
distribución de los productos que fabricaba. A esta vida empresarial unida al
pueblo de Teror, hay que añadir su participación activa en la vida social y
cultural del municipio siendo el promotor del proyecto del nuevo Casino.
Emiliano Arencibia
Rivero (Teror 1934-2007) tuvo siempre un especial instinto para los
negocios, que le hizo triunfar en las diversas empresas que puso en marcha. La
Fuente Agria fue su primer trabajo remunerado como repartidor, sustituyéndolo
años más tarde por el de pastor de cabras en Tifaracán. Motivado por un
constante afán de superación, se trasladó a Las Palmas y empezó su actividad empresarial, con un puesto de
ultramarinos en el Mercado Central. En 1962 compró un tostadero de café en
Schamann y creó la marca EMICELA que se
trasladaró en 1975 a Los Tarahales. Al
mismo tiempo puso en marcha una industria de freiduría y una granja con 40.000
gallinas y 4.000 cerdos.
En el transcurso de todo este tiempo, no paraba de viajar
por Europa, América y Asia intentando encontrar el mejor producto para su
empresa. Para satisfacer las exigencias y demandas del mercado, la visión
empresarial de Emiliano le llevó a la adquisición de unos terrenos situados en
la Zona Industrial de Arinaga, donde estableció una central de producción y
logística, con presencia actual en
Europa, América y África, generando
empleo para más de 250 familias Canarias.
Carlos Acosta
Lantigua,(Teror 1918-1999) tuvo siempre una gran inquie-tud por la formación académica y profesional. En Madrid
aprobó unas oposiciones de Oficial de Sindicato y se establece en Teror, como
Secretario General Sindical Corresponsal de Previsión Social. En un viaje a
Barcelona para realizar unos cursillos y optar a una plaza de Secretario de
Hermandades Sindicales, observó como La Hermandad Sindical despachaba el millo
a los molineros de Teror y de allí surgió la idea de construir un Molino en
Miraflor que dio nombre a la fábrica de “Gofio la Piña”, fundada en 1957 y que
promocionó el nombre de Teror. También obtuvo posteriormente mediante subasta
la explotación de Aguas de Teror por un periodo de 15 años. Su curiosidad de
empresario le llevó al sector de la construcción y la hostelería, adquiriendo
varios edificios y algún aparcamiento, así como un establecimiento hostelero.
Entabló relaciones mercantiles con
Isidro González, adquiriendo acciones de la entidad mercantil EIDETESA,
llegando a ser el Presidente de la misma.
Benjamín Rodríguez
Santana (Teror 1921-2012) inició su trayectoria empresarial en Fernando Po
(Guinea Ecuatorial), a la que viajó tras la Guerra Civil a salvaguardar los
intereses empresariales de parte de su familia ya asentada allí. Junto con su
hermano Abraham fundan en la antigua colonia española la Factoría El Pino, un
despacho de abastecimiento en el que ofrecía desde productos alimentarios a
material de construcción, desde telas a artículos de ferretería. Posteriormente
fue precursor con su hermano Abraham de los almacenes que se implantarían en
Las Palmas. Aún con Factoría El Pino a pleno rendimiento, don Benjamín junto con su socio Francisco Bravo De Laguna
adquirieren la sociedad madrileña Comercial Ferretera en 1968. Nace así
Ferretería Guanarteme. Bajo el nombre
comercial Abraham Rodríguez, su tercera empresa pasa a denominarse en 1975
Maderas El Pino. La biografía de Benjamín Rodríguez es la del impulso de un
hombre con visión de futuro que da justa fama a un Teror con una fuerte
tradición comercial, y sobre todo del coraje de emprender una aventura
empresarial en unos tiempos difíciles.
Salvador Cárdenes
Falcón (Teror 1922- 2009) comenzó a
trabajar siendo muy joven en un reparto de leche que le hace recorrer,
utilizando como medio de transporte un burro, muchos senderos de la isla.
Realizó el servicio militar en la base Aérea de Gando como chófer de un mando
militar quien, tras haber terminado, le ofrece continuar sus servicios. Tras
esta etapa compró un Bar en el Mercado de Vegueta que regentó él mismo. En
1951, debido a la crisis económica que vivía el país, decidió emigrar a
Venezuela asumiendo distintas ocupaciones y abrió, junto con sus dos hermanos,
su propia panadería. Posteriormente, puso en marcha un comercio de víveres que
mantuvo hasta que retornó a su pueblo. Una vez en las islas adquirió dos
guaguas y entró a formar parte de la patronal de las mismas. En 1968 le
ofrecieron la dirección de Eidetesa (Donuts) donde desempeñó y desarrolló un
gran impulso de la empresa como director gerente hasta su jubilación. Su
vocación emprendedora continuó tras la jubilación y creó la empresa Pasteror en
la que permaneció hasta su fallecimiento.
José Manuel Nuez
González (Teror 1907-1999) trabajó
desde muy joven en el campo y en la industria cárnica, que había iniciado su
padre. Trabajó con varios de sus hermanos en una empresa que constaba de varias
carnicerías en el Casco de Teror, y también gestionaron el matadero municipal.
En aquellos años cuarenta y cincuenta, tiempos de pobreza y de emigración,
hicieron prosperar sus negocios con esfuerzo y entrega al trabajo. Ya en la
mitad de los años cincuenta, José Nuez se convirtió en el fundador-promotor de los archiconocidos "Chorizos
de Teror" y de morcillas dulces que tanto
han contribuido a expandir y enaltecer el nombre de la Villa. Comenzó en
la carnicería de la calle La Cal y a partir de final de los sesenta en la
actual fábrica de Chorizos "Los Nueces" regentada en la actualidad
por uno de sus hijos y por tres de sus nietos. Como empresario, don José
Nuez actuó con gran intuición aportando
su esfuerzo y entrega diaria. Amigo de otros empresarios supo echar una mano a
los que necesitaron de su apoyo y su ayuda destacando su colaboración en la
Hermandad de Labradores y Ganaderos de Teror.