Olot (Girona - Cataluña), 16 de enero de 2016 / Cartas al Director / JD Mez Madrid
El duro golpe asestado al chavismo por la victoria de la oposición en las pasadas elecciones legislativas, está provocando una desaforada reacción del régimen bolivariano que no digiere la clamorosa decisión del pueblo venezolano. La oposición que se aglutina en torno a la Mesa de la Unidad Democrática, ha denunciado la enésima estrategia del régimen: con una salida a la desesperada, el gobierno ha presentado ante la sala electoral del Tribunal Supremo seis impugnaciones contra ocho diputados de la oposición. Esta impugnación, en una sala afín a los dictados de Maduro, pretende arrebatar a la oposición la mayoría absoluta cualificada en la Asamblea Nacional.
Esto ocurre en un momento en el que el gobierno es incapaz de garantizar el suministro de bienes de primera necesidad. Venezuela padece, además de la represión de las libertades políticas y sociales, un incremento de la pobreza y de la violencia social. Junto con El Salvador, es el país de América Latina con mayor índice de asesinatos en la calle al día. Una violencia que se produce ante la inacción de un Estado corrupto y arbitrario, más interesado en mantener los privilegios de las élites gobernantes que en ofrecer soluciones adecuadas a la pobreza y a la violencia.