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domingo, 24 de junio de 2012

Prefieren la ecología a la caridad


Girona (Cataluña), 24 de junio de 2012 / Cartas al Director / Pedro J. Piqueras Ibáñez

La nueva normativa en materia pesquera que debate la Unión Europea impone que los peces que, por su tamaño, no se pueden comercializar, tienen que ser llevados a puerto. Antes, se devolvían al mar. Ante este cambio, se había propuesto que ese pescado se diera a obras de caridad para ayudar en la manutención de personas sin recursos. Sin embargo, el Parlamento Europeo no lo ha creído conveniente. Se destinará a la industria de fabricación de alimentos animales y parte de los beneficios obtenidos servirán para financiar campañas para evitar la contaminación de las aguas. Hasta aquí muy ecológico pero muy poco social.

Una vez más, el órgano de representación de los ciudadanos europeos muestra cómo algunas de sus propuestas y actuaciones están a mucha distancia de las verdaderas preocupaciones de las personas que los han votado. Y, además, muestran una escasa cercanía por quienes lo pasan mal en su entorno. Será que ellos tienen un buen sueldo, cobran bien las dietas, viajan en primera y aplican el axioma “bien yo, bien todo el mundo”.

sábado, 12 de mayo de 2012

LAS MUJERES Y LAS PERLAS DE VALENCIANO


Girona (Cataluña), 12 de mayo de 2012 / Cartas al Director / Pedro J. Piqueras Ibáñez.

Elena Valenciano no para de lanzar “perlas” recurriendo a calificativos panfletarios. Parece que no considera los resultados que las incoherencias de este tipo tiene en los ciudadanos. Agitar con tópicos, recurrir a descalificaciones sistemáticas es además de jugar con el malestar de las personas, cuanto menos irresponsable. Elena Valenciano debería ser constructiva, si es que sabe, puede y quiere.  Tal vez, es que su jefe, Rubalcaba, quiere que proceda como lo está haciendo, sembrar división en los españoles.

Decir que el Sr. Rajoy quiere que las mujeres vuelvan a cuidarse de la casa es decir: de la famila, dicho de esa manera es tratarlas de marujas, es un desproposito, pero al  mismo tiempo es tirar tierra a su tejado, que es mujer y no sé si madre. También se incluye en su falsa acusación con la que desprecia a la mujer, madre y esposa. No Sra. Valenciano, no es eso, es todo lo contrario de lo usted quiere hacer pensar a las mujeres con vocación de esposa, madres y amas casa. Recuerdo que cuando era pequeño, mi madre, me enseñó los primeros paso, las primeras letras, las primeras oraciones, etc.  

La decisión de que una mujer se quede en casa, es para conducir mejor la empresa, el hogar familiar, adonde la presencia de la madre es insustituible. ¿Es que hay que distinguir a la mujer que percibe un sueldo por el trabajo que hace en una empresa externa de la que trabaja cada día en su hogar para que todo funcione? Afirmaba una madre de familia numerosa: “Nunca tendrán la misma recompensa las que trabajan fuera aunque las ‘feministas rancias’ intenten humillarnos y despreciar nuestro papel”. La aportación que una madre de familia puede hacer a sus hijos, formándolos en profundidad en los aspectos más básicos, pudiendo hacer de ellos, a su vez, otros formadores, de modo que se cree una cadena ininterrumpida de responsabilidad y de virtudes, es lo más valioso que puede hacer una mujer y la mejor manera de colaborar con la sociedad. Decia la madre anterior: “¿Acaso por esta opción que yo he tomado libremente no se me puede considerar mujer trabajadora?” ¿No es esa una mujer integra por mucho que usted quiera descalificarla?.

jueves, 2 de febrero de 2012

Llamar a las cosas por su nombre

Girona, 2 de febrero de 2012 / Cartas al Director / Pedro J Piqueras Ibáñez

Hoy he oído, a través de las ondas, a la Ministra de Sanidad, Ana Mato, hablar sobre varios temas referente a las competencias de su ministerio. Hablaba de las reformas necesarias en la sanidad, de la tarjeta sanitaria, de la asistencia a los más necesitados, etc. Pero lo que me ha extrañado es que volviera con la violencia de género, al referirse a la violencia que se suele producir entre personas de distinto sexo unidas por matrimonio o por motivos sentimentales.

En este sentido quiero remarcar la expresión “violencia de género” utilizada por la Ministra en esta ocasión, expresión que ella misma no utilizaba cuando llegó al Ministerio, recuerdo haber oído a la Ministra, con motivo de un asesinato que sucedió en alguna ciudad, decir que “se tenía que acabar con esta la lacra de la violencia domestica”.

¿Por qué ahora vuelve a utilizar la expresión que tanto gustaba a las “miembras” del Gobierno anterior? ¿Es que decir las cosas por su nombre no es “políticamente correcto”? Pienso que lo correcto sería recuperar el sentido de las palabras y llamar a las cosas por su nombre. Si es violencia que se produce en el “domus”, la casa, lo normal sería llamarla violencia doméstica.

¿Por qué no abandonamos, de una vez por todas, la ideología de género y en vez de “deconstruir” volvemos a construir?