Las Palmas de GC (Canarias), 19 de noviembre de 2014 / Acoso escolar / Sara Seco de Lucena. ASSOPRESS
A lo largo de los siguientes post, voy a dedicarle unas líneas a este acontecimiento tan grave (Bullying o acoso escolar) que afecta a muchísimos menores cada día en las escuelas (y de los cuales sólo un 40% se atreve a hablar de ello). Con esto pretendo haceros llegar a los padres y madres algunas herramientas para detectar si vuestro hijo/hija lo sufre (o lo ejerce, lo cual es también grave), consecuencias de sufrirlo y medidas para acabar con esa situación desde las escuelas.
Los centros escolares deben ser un lugar de aprendizaje, de desarrollo de la creatividad, de socialización y juego… pero para algunos menores ir al colegio todos los días puede suponer una auténtica tortura.
Son alumnos y alumnas que están sometidos a un constante maltrato (ya sea físico, verbal y/o psicológico) por parte de sus compañeros, que se produce en las propias aulas, en el patio, en los alrededores del centro escolar o en Internet (ciberacoso del que os hablaré con especial detenimiento en otro post).
Este acoso puede manifestarse mediante insultos, robo, creación de falsos rumores, agresión física, intimidación, amenazas, humillación pública, aislarle del resto de los compañeros, y un sinfín de modalidades a las que se le somete y pueden acarrearle graves problemas de autoestima, miedo, estrés, tristeza, bajo rendimiento escolar, irritabilidad, autoagredirse y mentir para no ir al colegio.
Indicios de que un/a niño/a está siendo acosado/a:
- Llega del colegio triste y no quiere contar que le ha pasado. Este comportamiento se alarga en el tiempo y cada vez su estado de ánimo está más decaído.
- No quiere ir al colegio. Puede incluso autolesionarse para poder quedarse en casa. Los dolores de cabeza y estómago se incrementan.
- No quiere apuntarse en actividades extraescolares con otros/as niños/as de su colegio. Procura pasar en ese lugar el menor tiempo posible.
- Baja su rendimiento académico y su motivación frente al aprendizaje. La situación que está viviendo es tan complicada que el miedo se apodera de todo su tiempo, lo que no le permite concentrarse en otras tareas y estudiar con calma.
- Pérdida de objetos que lleva al colegio (libros, estuche, ropa de abrigo, etc.)
- Llega del colegio con hambre ya que no ha podido tomarse su desayuno en el recreo.
- Lesiones que no sabe cómo explicar que han sucedido.
- Pesadillas y dificultad para dormir.
Indicios de que un/a niño/a es acosador/ra:
- Aumento de la competitividad. Busca mantener el liderazgo.
- Se vuelve más agresivo.
- Responde con contundencia y amenazante (incluso a los adultos).
- Tiene concurrentes amonestaciones y visitas a dirección o jefatura de estudios.
- No asume responsabilidades y ni las consecuencias de sus actos.
- Se considera superior a otros/as niños/as.
- Tiene objetos que no son suyos y no sabe explicar bien como lo ha conseguido.
En el siguiente post se analizarán las consecuencias que puede tener el acoso escolar en el menor que lo sufre y qué medidas deben ser tomadas desde que se detecta.
La infancia es un momento en la vida de una persona que en gran medida marcará cómo será en la edad adulta. Ningún niño o niña debe ser privado de la sensación de seguridad y calma que su corta edad requiere. El estrés, el miedo, la intimidación a la que un menor está sometido al ser víctima de acoso escolar, no debe ser tomado como “cosas de niños/as” como en muchos casos sucede, ya que si no somos los adultos quienes tomamos medidas, ¿quién le va a proteger?