La sede de la Agencia Tributaria Canaria, inaugurada este miércoles por la alcaldesa Dunia González y la directora de la Agencia Tributaria Canaria, Cristina Hernández, está ubicada en el Centro Comercial La Ciel y cuenta con un espacio de 130 metros cuadrados aproximadamente que atiende una plantilla de 3 trabajadores y trabajadoras, y próximamente verá ampliada su plantilla.
Dunia González asegura que la apertura de la Agencia Tributaria de Canarias en la Avenida de Canarias “viene a complementar la cantidad de servicios que tenemos en el municipio y que hace que hoy en día para la mayoría de los trámites diarios, bien sean personales o empresariales no hay que salir del municipio para poder realizarlos”.
La alcaldesa destaca que “se está ofreciendo una calidad muy alta en estos servicios. La propia directora general nos decía que esta era una de las mejores oficinas y la mejor ubicada. Está en una zona muy céntrica y con zonas de aparcamiento muy cerca” y añade que “desde el Ayuntamiento seguimos innovando y ofreciendo cada vez más y mejores servicios para la ciudadanía de Santa Lucía”.
Por su parte, la directora de la Agencia Tributaria Canaria agradece la colaboración “desde el minuto uno” del Ayuntamiento para poner en marcha esta oficina. La mejor manera de ayudar a la ciudadanía es facilitarle ese cumplimiento voluntario de sus obligaciones tributarias”.
Igualdad, a La Fortaleza
La Concejalía de Igualdad organiza este viernes, dentro de su programación del primer semestre, una visita cultural a La Fortaleza, uno de los yacimientos más importantes de Gran Canaria localizado en la zona alta del municipio y que está formado por tres roques, la Fortaleza Grande, la Fortaleza Chica y Titana.
El grupo, de más de 40 personas, visitará el Centro de Interpretación y el yacimiento acompañados por los arqueólogos que trabajan e investigan en la zona. Este lugar se ha vinculado con la rendición de los aborígenes canarios a las tropas castellanas, tras la cual el caudillo Bentejuí y el faycán de Telde, Tazarte, se despeñaron por sus riscos al grito de ¡Atis Tirma!