Girona (Cataluña), 19 de noviembre de 2014 / Cartas al Director / Jesús D Mez Madrid
Ante el grave momento que el Estado español se enfrenta, lo menos que puede pedirse a la oposición, además de su lealtad en la defensa de los intereses nacionales es que concrete sus propuestas, Esta se aferra a la reforma de la Constitución, en convertir España en un Estado federal. Este cambio de denominación, sin embargo, no significa nada si no va acompañado de una explicación clara de lo que puede suponer para la unidad del estado, consagrada en el artículo 2 de la Constitución.
Amparándose en la ambigüedad, lo que pretende Pedro Sánchez, incapaz también de poner orden en las filas socialistas, es que la iniciativa sobre la reforma la tome el propio Gobierno. La respuesta de Mariano Rajoy al líder de la oposición socialista, es que enseñe sus cartas de una vez y diga qué pretende con su reiterado “Estado federal”. En realidad, quien está haciendo un ejercicio de inmovilismo, del que acusa a Rajoy por el hecho de mantener el imperio de la ley, es el propio Pedro Sánchez, que no se atreve a aclarar el alcance de una hipotética reforma constitucional no solo para convencer a los separatistas sino, lo que es más importante, al conjunto de los españoles.