Girona (Cataluña), 24 de marzo de 2014 / Cartas al Director / Jesús Domingo Martínez.
Desde el inicio de su pontificado Francisco ha insistido en el ejemplo de los primeros cristianos, a menudo simples bautizados que tenían el coraje de salir a la calle a anunciar a Jesucristo. Esto es lo que el Papa pide hoy: un poco de “sana locura”, cristianos que remueven las conciencias, también dentro de la Iglesia, donde a menudo las cosas están demasiado tranquilas, acomodadas, sin la tensión espiritual que debe caracterizar la vida cristiana. Pero nada de esto nace del voluntarismo. En las últimas semanas el Papa ha ofrecido una especie de catequesis intensiva sobre el Espíritu Santo, el gran desconocido para muchos cristianos. Sólo la apertura a su presencia permite que la fe dirija toda nuestra existencia” y ofrezcamos un testimonio alegre y convincente ante el mundo, sin esa cara avinagrada y melancólica, más propia de los cristianos de salón.