Y un 86,4% opina que debería poder hablarse con naturalidad sobre la diversidad sexual.
Las Palmas de GC, 2 de junio de 2011 | Sociedad | Gabinete de Prensa.
Estos son datos arrojados por un estudio realizado por el CIS y encargado por el Instituto de la Juventud (Injuve), que ha tenido como objetivos aproximarse a las percepciones que la población adolescente y joven tiene de las y los jóvenes con una orientación sexual o identidad de género minoritarias; conocer las imágenes y estereotipos que imperan hoy; descubrir los discursos que sobre diversidad sexual y personas LGTB circulan en el colectivo joven; y revelar en qué grado se mantienen conductas homófonas.
La investigación señala que en las últimas décadas se han producido cambios muy significativos a este respecto; y como afirma el director general del Injuve, Gabriel Alconchel, los avances legales alcanzados durante los últimos años en España “se han consolidado gracias a la juventud y a su capacidad para asimilar y adoptar los nuevos derechos”. No obstante, aunque se aprecia un avance evidente en los discursos y mentalidades sobre la diversidad sexual, tal avance no se ha producido de igual manera en las prácticas y actitudes cotidianas, quedando todavía muchos obstáculos y discriminaciones por eliminar.
El estudio revela que un 6% de la población joven se reconoce como LGTB, lo que supone que en cada centro de enseñanza hay varias docenas de jóvenes no heterosexuales expuestos al riesgo de exclusión y acoso, ya que, como señala el sondeo, sigue existiendo discriminación sexual en el ámbito educativo. Además no todos los colectivos LGTB se han beneficiado en igual grado de los cambios habidos, así, mientras los gays logran unos índices de aceptación y visibilidad substanciales, lesbianas, bisexuales y, sobre todo, personas transexuales siguen sufriendo el silencio y el rechazo; siendo la realidad más adversa en núcleos rurales y entre sectores juveniles más conservadores.
Son destacables datos como que el 81.7% de la juventud acepta las relaciones entre varones y el 84.1% las relaciones entre mujeres; y que el 74.1% acepta las operaciones de reasignación sexual en personas adultas, si bien la incomprensión de la transexualidad profundiza el rechazo hacia estas personas. No obstante, un 60% del alumnado recibe poca o ninguna educación sexual y un 41.3% no recibe ninguna información sobre diversidad sexual; convirtiéndose la televisión en la principal –y casi única- fuente de información sobre la diversidad sexual, de la cual vienen los modelos y referentes de personas LGTB. Aún así, es el conocimiento directo de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales la clave que da pie a informarse de su realidad y construir actitudes más abiertas.
Dentro de las familias se observa que no existe apenas diálogo sobre la cuestión de la diversidad sexual y que, además, las y los jóvenes tienden a asociar a sus padres con posiciones de rechazo e intolerancia; siendo aquellos quienes ejercen de educadores de sus padres a la hora de abrir mentalidades y propiciar mayor tolerancia respecto de la diversidad sexual. Sin embargo, persisten en el entorno juvenil rasgos muy evidentes de homofobia y discriminación, que van desde la hostilidad estructural a la violencia y del insulto a la risa.
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