Madrid, 26 de marzo de 2010 |Opinión |CLEMENTE FERRER (*)
El pederasta canadiense Christopher Neil, de 32 años, uno de los mas reclamados del universo, fue arrestado en Tailandia. Este país había emitido una orden de búsqueda y captura contra Neil, que trajinaba como maestro de inglés en liceos cosmopolitas, afincados en Asia. Según la Interpol, el encarcelado ejecutaba los abusos carnales, en los centros donde bregaba.
También fue apresado el pederasta norteamericano Wayne Nelson Corliss, de 58 años, un galán que utilizaba el nombre artístico de Casey Wane. La difusión de unas fotos con el semblante del pederasta, en la web de la Interpol, significó que unos 250.000 internautas la visitaran.
¿La esterilización es la solución? Según los expertos la castración química reside en la administración de un inhibidor de la testosterona, la hormona sexual masculina, que domina, funcionalmente, el deseo carnal del pederasta. Este es el punto mas controvertible, ya que, de acuerdo con los eruditos, muchos bravucones sexuales responden a un perfil psicosomático.
El sentir popularizado es que, casi todas las perturbaciones de la conducta sexual, tienen un arranque psicológico, por lo que no es eficaz la castración química, ya que es un genuino desatino salido al hilo de un entorno concreto y una regresión a épocas que ya parecían vencidas. Además es inconstitucional porque, no puede dejarse en el tintero, que produce secuelas físicas y mentales.
Sin embargo, el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, se exhibe favorable a la castración química de los pederastas. Aseveró que los facinerosos carnales sólo se despedirán de la cárcel cuando hayan completado su pena, sin posibilidad de disminución, y tras un análisis de su potencial amenaza social, por un consejo médico. También, el Gobierno anglosajón tiene prevista la práctica de la esterilización química a los pederastas ingleses, según comunicó el ministro del Interior del Reino Unido, John Reid, para reprimir a los agresores sexuales.
No se debe mutilar a ningún ser humano. Sin embargo, se debe aplicar la cadena perpetua, para los reincidentes.
(*) Presidente del Instituto Europeo de Marketing
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