Valladolid, 8 de marzo de 2010 |Cartas al Director |María Fernández Vicente
Hace poco más de un año, Corriente cristiana socialista dijo: “El aborto no es un derecho, es un drama”. ¿Quién es incoherente, la Corriente del PSOE que se autoproclama cristiana pero que no ha protestado por esta ley de aborto, o los Pepiños, los Bonos y los Moratinos que se dicen católicos y venden su voto o su alma por un plato de lentejas? El malagueño Juan Cerrillo, de esa corriente, dijo que “socialismo y cristianismo comparten valores como la solidaridad o la dignidad de la persona”. Pues mire usted, Sr. Cerrillo, quienes votan a favor de la destrucción de la vida del niño nonato o “nasciturus” (un niño real, cuyo corazón palpita, que duerme y despierta, que da volteretas y sufre angustiosamente cuando le persigue la cuchilla del abortero, que experimenta indescriptible dolor cuando le pinchan, lo cortan y trocean), no demuestra que crea en la dignidad de la persona. Lo dijo muy claro el Secretario de la Conferencia Episcopal, Juan Antonio Martínez Camino: quien apoye la reforma de la ‘Ley Aído’, “está fuera de la Iglesia”. Mi más rendida enhorabuena a Joaquín Montero, ex - teniente de Alcalde de Parada (Sevilla), que abandonó sus cargos en el Partido y su militancia socialista en protesta por la aprobación de esta infame ley de aborto, injusta e inhumana, que pasa de la dignidad de la persona.
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