Telde, 13 de marzo de 2010 | Opinión | Almudena Vaquero Oller (*)
Existen múltiples realidades femeninas, tantas como países, razas, etnias, religiones, edades, clases sociales y culturas. Todas ellas atravesadas por un sistema patriarcal que histórica y universalmente ha ido tejiendo entramados y complejos mecanismos de opresión, subordinación, marginación, discriminación y desvalorización de las mujeres.
Realidades femeninas que provienen de concepciones milenarias que consideran y continúan considerando a las mujeres como ciudadanos de segunda clase, meros objetos de propiedad y subordinación, negándoles los derechos humanos más elementales.
La realidad de las mujeres en el mundo nos muestra una imagen disonante y contradictoria con el reconocimiento de los Derechos Humanos más elementales: el derecho a la vida, a la libertad, a la igualdad y a la dignidad personal y colectiva.
Con el telón de fondo que nos brinda el 8 de marzo y la celebración del Día Internacional de las Mujeres es conveniente hacer una reflexión sobre la situación actual del avance que en materia de igualdad de derechos y oportunidades se ha realizado en estos últimos años a nivel global. Por un lado, la proclamación universal de los Derechos Humanos y leyes de ámbito nacional como la Ley de Igualdad o la Ley Contra la Violencia, y por otro, su incumplimiento reflejado en la injusta y cruel situación que viven muchas mujeres en el mundo.
Hace 62 años que la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó y aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Fue el 10 de diciembre de 1948 cuando muchos países se comprometieron en la defensa de ideas que todos compartimos:
• Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos debiendo comportarse fraternalmente los unos con los otros. Desde un análisis de género diríamos “los unos con las otras”.
• Toda persona tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad.
• Nadie estará sometido a esclavitud, ni a servidumbre, estando la esclavitud y la trata de esclavos prohibidas en todas sus formas.
• Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.
• Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna, a casarse y fundar una familia, y disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante y en caso de disolución.
Sin embargo, muchas mujeres no tienen estos derechos ni libertades porque se establece sobre ellas “la distinción sexual” de “ser mujer”. Derechos que son vulnerados diariamente en realidades como:
• La mutilación genital que se produce en muchos países árabes. Según informe oficial de UNICEF, cada año tres millones de niñas musulmanas son objeto de mutilación genital.
• Las violaciones producidas a mujeres y niñas en zonas de conflicto que se están produciendo en muchos países del mundo, tales como la región de Darfur en Sudán y República del Congo. Las secuelas de estas violaciones están produciendo que más de 37 millones de personas vivan con el VIH y casi la mitad de ellas son mujeres.
• Las lapidaciones que continúan produciéndose en Irán por acusaciones de adulterio a pesar de que la magistratura iraní en 2002 y en 2008 anunció sendas suspensiones.
• La Trata de Mujeres. Anualmente dos millones y medio de personas -el 98% mujeres y niñas- son captadas, desplazadas y explotadas sexualmente en todo el mundo, tratadas como esclavas en una espiral de violaciones y amenazas continuas.
• El casamiento de hombres con niñas menores. El año pasado se han producido en Gaza más de 450 matrimonios.
• Los continuos asesinatos de mujeres por sus parejas o ex-parejas y los millones de mujeres maltratadas física y psicológicamente en el seno de supuestas relaciones afectivas.
• La discriminación salarial de las mujeres, ejerciendo el mismo puesto de trabajo que los hombres.
Estos son claros ejemplos de los atentados que se cometen contra las mujeres. Es por ello que a día de hoy tenemos que hacer unánimes nuestras voces para denunciar todas y cada una de las situaciones en las que se desarrolla la vida de muchísimas mujeres en el mundo, defender y exigir el cumplimiento de los Derechos Humanos en la población femenina.
Si queremos seguir avanzando en la construcción de una sociedad y de un mundo democrático, pacífico y de progreso, las instituciones públicas debemos comprometernos en la defensa de la igualdad real entre hombres y mujeres, y en la eliminación de todas las formas de violencia de género.
Muchas de las cuestiones que se plantean en los acuerdos internacionales, temas como la erradicación de la pobreza, de las guerras y del analfabetismo, nos parecen a veces lejanas y ajenas a las decisiones de un gobierno local pero, como piezas de un engranaje mucho mayor, tenemos como deber el poder observar la realidad con perspectiva y hacer que las decisiones que se toman en las grandes conferencias lleguen a la ciudadanía y no queden en simples propósitos y buenas palabras formuladas en lugares tan distantes como Beijing o Nueva York. También en Gran Canaria existen tantas realidades femeninas como mujeres viven en nuestra Isla, desgraciadamente también coexisten junto a ellas las desigualdades y los abusos. El papel que jugamos los ayuntamientos que estamos junto a ellas en el día a día es por tanto crucial en el acercamiento de las medidas que a nivel global se toman.
En Telde, desde la Concejalía de Igualdad, hemos puesto en marcha proyectos nuevos que alimentan la semilla de la igualdad. Destacaríamos la colaboración en el Día del Orgullo Gay con distintos actos, la constitución del Grupo de Hombres por la Igualdad del municipio, el Callejero Feminista, la Mesa Contra la Violencia, la redacción de un II Plan Trasversal, así como la oposición al traslado del Juzgado de Violencia de Telde a Las Palmas.
Además este año hemos lanzado la campaña “Telde, Territorio Igualitario” con motivo de la celebración del 8 de marzo, con ella queremos hacer presente nuestro mayor deseo: que en Telde, nuestro territorio, dónde podemos y debemos actuar, se dejen atrás las taras de una historia de injusticia patriarcal y se avance junto con el resto de pueblos del planeta en la dirección del desarrollo sostenible y el final de los grandes conflictos humanos que tienen como común origen las desigualdades sociales existentes.
LA CONCEJAL DELEGADA DE IGUALDAD DE OPORTUNIDADESY DERECHOS DE LA MUJER, CULTURA Y JUVENTUD DE TELDE.
Fdo. Almudena Vaquero Oller
No hay comentarios:
Publicar un comentario