martes, 16 de marzo de 2010

Tres de cada cuatro

Olot (Girona), 16 de marzo de 2010 | Cartas al Director | JD Mez Madrid.
El ejercicio de la libertad de elección, que tiene que ver con cuestiones tan sagradas como el derecho a la educación y la libertad religiosa, debería ser escrupulosamente acogido y potenciado por los poderes públicos. Lamentablemente, sabemos que en España las cosas no son así. El mandato constitucional no siempre es debidamente practicado por nuestros gobernantes. No es un secreto que la enseñanza de la religión católica no goza de buena salud ni es acogida con simpatía por ciertos gobernantes. Y esto se debe a la voluntad política de quienes, por acción u omisión, han decidido que la educación de la dimensión espiritual y religiosa del ser humano debe ser, en el mejor de los casos, una asignatura marginal.

Curiosa manera ésta, de entender la libertad. Por que si la Iglesia católica es la primera en defender que nadie puede ser obligado a actuar contra su conciencia, el Estado está llamado a facilitar el ejercicio de la libertad religiosa y de conciencia tanto dentro de la escuela, como fuera de ella. Pues, a pesar de las trabas, en nuestro país, tres de cada cuatro alumnos cursan la asignatura de Religión católica en la escuela.

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