martes, 23 de marzo de 2010

Una epidemia mortal

Madrid, 23 de marzo de 2010 |Cartas al Director | GABRIEL ROSELLÓ.

Sr. Director.

Al aparecer el sida, los versados en su inmunidad acordaron una maniobra para aquietar la propagación de la mortal epidemia en el Tercer Mundo; la distribución de preservativos. Se emplearon millones de dólares en una campaña capitaneada por las agencias de salud de la ONU. Pero lo que se creía una forma eficaz de luchar contra la enfermedad tuvo muy poco impacto en África, el continente más afligido por esta plaga. Existen ciertas dudas sobre la eficacia de esta estrategia, como si la indigencia y la conflagración bélica fueran las raíces del sida en los países africanos. Esto no tiene un apoyo rigurosamente científico, afirman los eruditos de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard y de la Universidad de California. En cambio, aclaran que es posible que se consiga un mejor impacto con acciones que estimulen la disminución de parejas sexuales y fomenten la abstención antes del matrimonio. Los eruditos confirman que la propagación del sida se concentra en los varones que sostienen amoríos homosexuales y los que se azuzan narcóticos.

No hay comentarios: