domingo, 11 de abril de 2010

Castidad. Valor humano y divino de la pureza

Madrid, 11 de abril de 2010 |Cartas al Director | Josefa Romo.
Impactante noticia: El 25 de marzo de 2010, diez mil jóvenes en Ecuador se comprometieron vivir en pureza y castidad, a abstenerse “ de relaciones sexuales hasta el matrimonio y luego siendo fieles hasta la muerte”. Una bocanada de aire fresco en medio de noticias preocupantes que apuntan al aumento de enfermedades de transmisión sexual ( Sida, papiloma humano, resucitar de la sífilis…) como consecuencia del libertinaje y promiscuidad que viven muchos jóvenes, aupadas esas costumbres degradantes por campañas irresponsables del falso “sexo seguro”.

La castidad es una virtud que apunta al Cielo ( “bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios”) y a una vida saludable. Se trata de un valor humano cotizado a la baja como el agua; pero tan necesario como ella si queremos ser felices por dentro. Se le ha llamado la virtud de los fuertes, pues hace falta coraje para enfrentarla. No es propia de jóvenes de mantequilla que tienen por norte el “me apetece” y la mirada en los demás como objetos de placer, como si careciéramos de razón y de dominio propio. ¿Cómo se educa para la castidad? Hay que intentarlo mediante el cultivo de la reflexión y de la reciedumbre, para fortalecer la voluntad del joven y del adolescente. La pureza es la mejor preparación y garantía para un amor pleno y responsable, que desemboca en la felicidad.

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