Palamós (Girona), 11 de abril de 2010 |Cartas al Director | Xus D Madrid.
El Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC) es ese organismo de 2.500 miembros cuya mayoría son políticos y ecologistas que cobran por asustar, y cuya minoría son los científicos que cobran por darle a los primeros argumentos, a veces falsos. Ahora han reconocido que lo del hielo del Himalaya no es verdad.
Todo parece indicar que los del IPCC se retroalimentan tratando de colmar nuestras necesidades espirituales: como hemos dejado de creer en el infierno divino, han inventado el negocio del infierno terrenal. Pero esta religión calentóloga comenzó a peligrar durante la fracasada Conferencia del Clima de Copenhague, después de revelarse el “Cimategate-Climagate”: notables científicos británicos del IPCC habían falseando datos sobre el calentamiento global.
Ahora llega el caso del Himalaya y sus excursionistas, y pronto deberá anunciarse el constante crecimiento de los hielos en la Antártida.
La realidad es que, tras el fracaso de Copenhague, ni EE.UU., ni la UE, ni China o la India han cumplido el compromiso de notificarle a la ONU sus programas contra el calentamiento antes del 31 de enero: parece que, realmente, no creen en su origen antropogénico.
Y es que no podemos olvidar que “Cambio climático” lo hubo siempre. Pero los calentólogos, en lugar de proponer adaptarse a lo inevitable, exigen parar el progreso humano. Claro que, primero, en los países pobres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario