Las Palmas de GC, 14 de junio de 2010 | Opinión | José María Barrientos.
Cuando, mediada la pasada campaña electoral en los EEUU, allá por Noviembre de 2008, apareció en escena Sara Palín, pensé que el sueño de ver a Obama como presidente de los EEUU, se nos caía por tierra.
Yo, como muchas personas en todas latitudes, tenía mis esperanzas puestas en que el “muchacho de Chicago”, traería un buen soplo de aire fresco para la política de los EEUU y de todo el mundo, pero claro, si con la aparición de la Palín, lo ponían contra las cuerdas con la jugada maestra de marketing político, nuestro gozo en un pozo.
Aquella noche, no descansé hasta que vi en la pantalla de la tele los resultados definitivos de los comicios y a McCain, en un gesto de honradez política, felicitando al ganador y mandando callar los abucheos de su gente cuando nombró a Obama, con esa frase rotunda: “nada de gritos por favor, es el nuevo presidente de todos nosotros”. ¡Que lección política ¡
Enseguida pensé que comenzaba a entrar aire fresco y nuevo, cargado de oxígeno, para la política en los EEUU, y por ende en el resto del mundo.
Me alegré sobremanera. Recordé los primeros años de Adolfo Suárez, los Pactos de La Moncloa, su capacidad de llegar al consenso, su perfecto manejo de los tiempos y los gestos.
El mes pasado, viendo en televisión el primer debate de la campaña electoral a la presidencia del Reino Unido, vi por primera vez a un político que me impactó, por su dialéctica, por su imagen, su juventud y su aplomo, y pensé: ¡este trae aire fresco también!, como Obama, pero para la vieja Europa, era Nick Clegg, líder de los liberales ingleses, que hoy, después de un triunfo electoral sin precedentes, ha formado gobierno con los conservadores de David Cameron y es Viceprimer Ministro del Reino Unido.
Nick está casado con una española, natural de Olmedo, pueblo de Valladolid, al que suele acudir todos los veranos de vacaciones con su familia, y en el pueblo se le conoce como un hombre muy sencillo, simpático y dado a los demás.
Recientemente ha venido a visitar a Zapatero, ya como Viceprimer Ministro y tuvimos ocasión de ver que viajaba en vuelo de línea regular, que sigue teniendo esa imagen fresca y limpia de político diferente y que habla español perfectamente.
Es un político liberal. ¿Pero, que es el liberalismo?. Según la Real Academia de la Lengua Española, la palabra tiene dos acepciones:
-Actitud que propugna la libertad y la tolerancia en las relaciones humanas
-Doctrina política que defiende las libertades y la iniciativa individual, y limita la intervención del Estado y de los poderes públicos en la vida social, económica y cultural.
La semana pasada, los liberales holandeses, ganaban las elecciones y se colocaban como primera fuerza política de sus país y dispuestos a formar gobierno. ¡Más aire fresco para la política europea!
La última conferencia de mi buen amigo Pepe Alemán, inventor de ese termino tan acertado y rotundo de la Atlanticidad, me la perdí porque estaba fuera de la isla, pero pude conseguir el texto y comprobé con su lectura, como Pepe echa en falta un poco de ese aire fresco en la política canaria.
El título de la conferencia, no puede ser mas significativo: “El fracaso autonómico”. Mas adelante, en el texto, Pepe se hace eco de una frase bastante conocida en política: “dentro del partido, todo; fuera del partido, nada” y va argumentando como la actual situación de la política en Canarias, y en el resto de España, impide que las soluciones a los problemas que todos padecemos, incluida la crisis y sus consecuencias, lleguen a su debido tiempo, es decir, cuanto antes mejor.
¿Hay otra forma de hacer política?. ¿Es posible que ese aire fresco que Obama empezó a traer desde los EEUU llegue a Canarias?.
Yo pienso que si es posible, es cuestión de ponerse manos a la obra.
¿Llamamos a Nick?
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