Telde, 30 de junio de 2010 | Opinión | Nieves Rodríguez Rivera (*).
Contrariamente a lo que suele uno pensar, no sucede en las grandes ciudades donde el anonimato es, a veces, un factor positivo, sino en los sitios pequeños y en los pequeños ayuntamientos, donde casi todos nos conocemos y las relaciones son más estrechas y cercanas. Es aquí donde pervive el poder más corrupto, herencia del antiguo régimen dictatorial quien doblegaba voluntades por medio del miedo.
El poder oculto del que hablo, desprecia el estado de derecho, las reglas democráticas, las prácticas legales, pues no tiene más fin y propósito que perpetuarse así mismo.
Es un poder corrosivo que nunca se alejó de los usos autoritarios ni aprendió maneras democráticas. Es puesto en práctica desde la sombra y sin vergüenza por los pequeños virreyes de una corte insana, a través de los acólitos y lacayos de un siniestro palacio. Utilizan para menguar los ánimos a los bufones del rey, quienes deseando no perder su asiento en la tarima, a su diestra, esconden, junto a él, su menguada talla moral.
Son expertos confabuladores, provocadores del miedo, utilizan toda su artillería para decirte lo que tienes que pensar, a donde debes ir.
Son seres sibilinos, segundones de teatro, caciques montados en el chantaje, enanos alzados con el bastón del mando, temeroso sobre todo, de perder su posición privilegiada en palacio.
Lo practican con empacho los mediocres, los que temen la disonancia, los que ven peligrar su mandato, los que no sienten pudor ni escrúpulos en amenazarte en la sombra.
Suelen actuar con peligrosidad y alevosía porque temen el libre pensamiento y la disidencia, por eso compran voluntades y votos, (cualquier medio es bueno para alcanzar un fin) y te llaman por tu nombre y te dicen todo lo que puedes perder si estás con éstos y no con los otros, a través de llamadas te aterrorizan con perder tu trabajo, te apartan si no les sigue, te señalan, te crucifican.
Porque sino estás con ellos estás contra ellos, y no repararán en nada para llamarte a media noche y decirte que tengas cuidado, que mires con quien andas, que quienes gobernamos son ellos y a ver qué haces. Su arma principal es la coacción velada, el chantaje, la extorsión y el miedo.
Hay que estar atentos a estos esbirros ciegos de poder, corruptores del aire porque son capaces de todo con tal de asegurarse un puñado de votos, y una cuadrilla de seguidores y asesores que les bailen el agua.
Se apoyan unos a otros a través del miedo que provocan, se alimentan cada día de quienes otorgan y consienten, de la connivencia de quienes callan, de quien se conforman y mira para otro lado, de quien sabe y no dice nada.
A este poder oculto, reducto del franquismo, escombros de la barbarie, sólo los echará fuera un puñado de hombres y mujeres valientes que no teman dar la cara, que vayan con manos blancas, sin temor a decir lo que piensan, hombres y mujeres libres que no teman a estos macabros macacos del hambre, a estos caciques del hampa, temerosos de cualquiera que le pueda hacer una minúscula sombra.
(*) componente del Consejo Político de Más por Telde.
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