Canrias, 29 de junio de 2010 | Opinión | Francisco Sosa Wagner.
El sábado 19 de junio se celebró en Madrid la Jornada “Unión Europea, federalismo y administraciones locales” organizada por UPyD. Francisco Sosa Wagner, parlamentario europeo por UPyD, hizo una exposición clara y concisa de la falta de viabilidad del sistema actual de las autonomías españolas. Curiosamente, el viernes 18 de junio, el periódico EL MUNDO publicaba una noticia al respecto que ponía de manifiesto que el sistema autonómico no se sustenta económicamente (actualmente las Comunidades Autónomas tienen una deuda de 94.621 millones de euros), o bien la gestión de los últimos años ha sido pésima. En cualquiera de las dos posibilidades los responsables son los políticos.
En la jornada también se habló de los excesos de las Administraciones Locales y en la misma noticia del periódico se publicaba la deuda de los Ayuntamientos (36.085 millones de euros) ¿Vuelve a ser inviabilidad o mala gestión? Tanto la estructura organizativa de España, como la gestión de la misma, es y ha sido responsabilidad del mismo gremio: los políticos.
En la jornada se hizo público que los concejales y parlamentarios de UPyD no participarán del pastel de las empresas públicas. El domingo, Canarias 7, publicaba la deuda de las empresas públicas Canarias dependientes de nuestra Administración Autonómica y Local (deuda que asciende a 253 millones). Ni que hablar tiene del problema de las Cajas de Ahorro, otro tipo de entidades en donde han puesto sus manos el mismo gremio: los políticos. Por cierto, los futuros electos de UPyD no van a formar parte del chiringuito de las Cajas de Ahorro por coherencia con su propuesta.
Los ciudadanos tenemos la posibilidad, sólo cada cuatro años, de castigar a un partido político por sus malas decisiones y/o gestiones, sin embargo, en ese tiempo se pueden hacer muchos estragos, mucho daño y, lo peor, algunos irreversibles. Aún así, hay un caso aún peor, y es cuando todos los que pertenecen al gremio de los políticos, en connivencia con los sindicatos, no les interesa coger el toro por los cuernos (todos comen de algún trozo de los muchos pasteles creados al efecto) y marear la perdíz hasta hartar al ciudadano, decepcionarlo y conseguir que desarrolle una especie de apatía e impotencia hacia el sistema.
Este sistema político tan distante y hermético al ciudadano hay que desmantelarlo, reventarlo. Y parece que la única forma de hacerlo es desde dentro. Las urnas no son suficientes, aunque sí necesarias. Hay que entrar al corazón, atacar directamente al pulmón, al oxígeno que respira este gremio: el dinero y el poder. Desde dentro se puede cambiar la estructura organizativa del Estado, de las Comunidades Autónomas y de las Administraciones Locales, con ello disminuir en lo máximo posible el número de representantes políticos y asesores (si se eliminan los Ayuntamientos de menos de 5.000 habitantes nos ahorraríamos unos 7.000 alcaldes y unos 40.000 concejales en toda España). Hay que privatizar las Cajas de Ahorro. Hay que suprimir la gran mayoría de las Empresas Públicas. Hay que endurecer la responsabilidad de los políticos por la vía penal. Hay que conseguir una transparencia cristalina en todo lo referente al dinero que pagan los ciudadanos, es decir, transparencia cristalina en la Administración Pública y en todo lo vinculado a ella. Hay que regular el sueldo de los políticos. Hay que enviarles un torpedo que llegue a su corazón y desmantelar desde dentro este sistema político putrefacto y obsoleto. UPyD es ese torpedo y ya ha sido lanzado, en él aún hay sitio para más ciudadanos hartos.
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