Telde, 19 de junio de 2010 |Opinión | Aureliano Francisco Santiago Castellano (*).
Los sindicatos anunciaron esta semana la convocatoria de una huelga general para el próximo mes de Octubre. Un paro que se ha marcado como objetivo, aglutinar y movilizar el descontento originado en amplios sectores sociales, como consecuencia de las medidas de ajuste económico y de reforma laboral tomadas por el Gobierno de España.
Sinceramente no creo que este sea el camino. Al menos si detrás no existe un serio esfuerzo de fundamentación, proposición y socialización de que otro escenario sí que es posible y factible. Igual que rechazamos por anacrónicos e insolidarios los viejos esquemas de una patronal que tiene confundido de siempre sus intereses particulares con los generales, también es tiempo de que los sectores progresistas pongamos encima de la mesa algo más que sentimientos y razones.
Es hora de las proposiciones en firme y menos de las movilizaciones con peligro de frustración. Es hora de fundamentar y socializar porqué creemos que es posible un ajuste por la derecha y no sólo esperar que alguien se impresione por el éxito de una movilización sin más. Un nuevo fracaso sindical sólo serviría para sumar al que ya se escenificó el otro día o el que ya han instalado en el Congreso los diputados de los partidos mayoritarios. Es hora de un ajuste también por la derecha.
Es hora de decir que converger con Europa , también significa que nuestra economía sumergida deje de representar un equivalente al 23% de nuestro PIB en vez del 13% de media de la UE. Que valdría la pena invertir en capital humano y recursos de inspección fiscal, aunque fuera sólo un 1%, para recuperar los 250 mil millones de euros que se evaden anualmente a las arcas públicas de todos. Que ganaríamos con ello no sólo dineros sino justicia contributiva, confianza de que de verdad somos todos los que arrimamos el hombro.
Es hora de que alguien explique, porqué mientras para Hacienda sólo hay 727 personas en España con un patrimonio declarado de más 10 millones de euros, para distintas entidades financieras esa cifra es superior con seguridad a las 5 mil. Es hora de que algunos salgan de su miedo y otros de su demagogia y apliquen una tributación a las rentas altas que, en países con gobiernos de derechas como Francia o Alemania, son del 60% y 50% respectivamente.
Es hora de que alguien explique cómo es posible que, según datos oficiales, mientras la media de ingresos declarados por los trabajadores asalariados en España es de 18.400 euros al año, la de los empresarios y profesionales es de 13.525 euros. El mundo al revés, el timo de la estampita. Mileuristas cumpliendo con la colectividad y más de un dueño de mansión que quiere pasar por pobre. No es posible que un país que congela sus pensiones para ahorrar 1500 millones de euros , se gaste la mitad de ese mismo importe en mantener tropas en Afganistán, Libano y Somalia.
No es demagogia sino sentido común, exigir que España retire su caro contingente en esos países y mitigar en algo el recorte que se está gestando del gasto público. No tiene sentido que se laminen inversiones públicas de primera necesidad y que al tiempo la inversión en I+D para la industria militar española siga contando con 950 millones de euros para este año y el próximo.
No parece de recibo que se le pida a los empleados públicos la disminución de sus salarios , recortando indirectamente con ello la capacidad de consumo de una clase media que activa la economía y no optar, por ejemplo, por medidas como eliminar la exención de tributación por las ganancias del juego de azar, donde se podría recaudar 1100 millones de euros anuales, la mitad de lo que ahora se ahorra con el recorte en el sueldo de los funcionarios. Es necesario una movilización de las conciencias y una huelga sí, pero a las pleitesías para con la gran banca.
Es hora de fundamentar y socializar el ajuste que demandamos los progresistas para así reequilibrar la balanza de los sacrificios y sentir que vamos a salir de esta situación con la colaboración de todos, también de las derechas económica y sociológica española y canaria. Con la derecha política ya sabemos que no podremos contar, pero ojalá entren en razón y aparquen por un momento su ambición y falta de visión. La situación lo demanda y el sentido común lo exige.
(*) Presidente de la Ejecutiva Local de Nueva Canarias en Telde
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