Historia de la traida del agua de Lomo Magullo.

Telde, 22 de julio de 2010 | Gabinete de Prensa Local.

La traída del agua es uno de los actos con más arraigo de la Fiesta de las Nieves de Lomo Magullo, barrio de las medianías del municipio de Telde. Se creó con la idea de recordar y recuperar las tradiciones y costumbres de las gentes del lugar: acudir diariamente a las acequias de la Heredad del Agua y abastecerse del líquido elemento para los usos domésticos, regar las flores, amén de recordar otras tareas de la vida cotidiana como lavar la ropa en los lavaderos, dar de beber a los animales, etcétera, de tal manera que la subsistencia de quienes habitan en este hermoso paraje teldense está muy relacionada con el agua, siendo el cauce del agua un punto de encuentro de toda la población.

Este año se cumple el 42 aniversario de esta singular celebración. En efecto, allá por 1968 un grupo de jóvenes, preocupados por recuperar las tradiciones y resaltar las singularidades de la vida local y, también, para buscar nuevas formas de sana diversión en las cálidas tardes festivas veraniegas, tuvieron la idea de acudir a elementos propios de la actividad local. Observaron que un elemento esencial de sus vidas era todo lo relacionado con el agua; además, era una forma fácil de diversión, aspecto fundamental en toda festividad. Por otro, ofrendar agua a la Virgen, conecta con otro aspecto clave de las celebraciones: las rogativas; por eso se pensó en terminar el acto con una ofrenda a la Virgen de las Nieves, rociando las paredes de la Iglesia con agua, una forma de rogar a la Patrona que el agua no faltara.

“La Traída del agua” tiene mucho dinamismo y colorido, permitiendo la interacción de quienes participan en ella, propiciando la sana diversión. En la práctica la fórmula es fácil, consiste en llenar un recipiente con agua y mojarse unos a otros. Posiblemente en la sencillez del acto y su fácil transformación en aspecto lúdico, esté la clave del éxito de esta fiesta que hoy día es multitudinaria, congregando a grancanarios de todos los lugares de la isla.

El acto en sí se organiza de la siguiente manera: desde muy temprano se celebra una Diana Floreada, que recorre todo el pueblo con sus alegres sones. Al mediodía se concentran los participantes en la Plaza de Ntra. Sra. de Las Nieves, se inicia el repique de campanas. El estruendo de un volador marca el inicio del recorrido junto a la los alegres sones de la Banda de Agaete, seguida de los participantes. Se baja por la Calle de la Virgen hasta la llamada Vuelta de lo Pérez donde está la acequia, para coger el agua. A partir de aquí, se retorna por la carretera junto al cauce para irse proveyendo de agua y rociarse los participantes ente sí. Se sigue todo el recorrido hasta llegar a la Iglesia done se rocían las paredes. Posteriormente, en la plaza continúa la celebración.

La singularidad de esta fiesta ha traspasado nuestras fronteras y es objeto de atención de medios de difusión de los más apartados lugares del mundo que se desplazan hasta la localidad teldense para firmarla. No es extraño que esto suceda, porque en los tiempos que corren todo lo que ocurre con el agua adquiere especial trascendencia.