ZARAGOZA, 5 de julio de 2010 |Cartas al Director| Vicente Franco Gil.
Sr. Director:
Hoy son días de luto social. Con la entrada en vigor de la Ley del aborto, se ha eclipsado todo brote de progreso y beneficiado el lucro de los abortorios. Como abogado me duele que la sinrazón gane dando una atroz vuelta de rosca destinada a la muerte de inocentes. La pertinaz e incesante alevosía gubernamental, unida al porfiado empeño del Ministerio de Sanidad, hacen de esta ignominiosa y letal ley, un claro ejemplo de retroceso social que enaltece el material y sibilino hedonismo coyuntural.
Cuando la ideología política limita la existencia humana a parámetros de pura utilidad, sin opciones alternativas y viables, la degeneración crece sin medida. Mientras, el Tribunal Constitucional, como máximo intérprete de la Carta Magna , quien a su vez ostenta el monopolio de la adecuación legal a la Constitución, resuelve el recurso interpuesto por el PP que respeta y protege la vida y la maternidad. Quizá muchos inocentes no verán la luz por la tenebrosidad de un frío y desalmado bisturí. Esperemos que el alto Tribunal no se contradiga con su jurisprudencia (fuente de Derecho) que desde hace años obra a favor de la vida.
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