Madrid, 10 de agosto de 2010 | Opinión | Clemente Ferrer (*).
“No siempre se tiene tanta suerte. No juegues con las drogas” es la nueva campaña publicitaria lanzada por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD). Esta acción está dirigida a los jóvenes de entre 15 y 24 años para informarles de los peligros que conlleva el dilapido de drogas. FAD tiene en cuenta que los adolescentes cada día emplean más las redes sociales, por ello se ha abierto una nueva página en Facebook donde se muestran todas las campañas antidroga realizadas hasta la fecha.
Por otra parte la Administración de los Estados Unidos ha llevado a cabo un proyecto para la difusión de una amplia campaña publicitaria antidroga. El plan establece la creación de un comité en el que se integran expertos en medios de comunicación y publicidad, encargados de seleccionar la agencia de publicidad que diseñará el proyecto.
Por otra parte la Asociación Americana de Agencias de Publicidad está patrocinando anuncios contra el uso y comercio de estupefacientes.
Se está luchando por la vida, una de las cosas más loables que sin duda puede hacerse. La vida, cualquiera de ellas, es sagrada y nadie ni nada debe atentar contra ella.
La droga es la muerte, la inmolación de decenas de millares de seres ingenuos e inocentes, en aras de uno de los más sucios y terribles negocios que ha conocido la humanidad. La lucha contra la droga debe iniciarse con el ofrecimiento a la juventud de una perspectiva vital.
El joven incauto cree que la droga le “llevará al paraíso” y lo que le dona es su propia autodestrucción, el deterioro físico y psíquico que transformará el “paraíso”, de unos instantes, en un prolongado e insoportable infierno.
Todas estas campañas publicitarias deben ser un toque de atención a los poderes públicos. La publicidad no puede luchar en solitario contra la droga. Es ésta una batalla que debe ser la de todos.
“He visto a los más grandes espíritus de mi generación, arrastrarse de madrugada por las calles de los negros, en busca de la droga urgente imperiosa”, afirma Allen Ginsberg.
(*) Presidente del Instituto Europeo de Marketing
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