jueves, 2 de septiembre de 2010

España espera rival con la ambición intacta (89-67)

MUNDIAL TURQUÍA 2010


Turquia, 2 de septiembre de 2010 | Deportes | Gabinete de Prensa.

España maduró el partido hasta romperlo definitivamente en la segunda parte mostrando por momentos un nivel de juego que permite mirar al futuro con la máxima ambición. Tras la victoria ante Canadá toca esperar el desenlace la jornada para conocer la posición final y el rival de octavos.

Nuevamente topes altísimos de España alternados con ciertos momentos de inconsistencia defensiva en una actuación ilusionante. Porque pese a la baja de Navarro – estará a tope en los octavos – el equipo encontró en un hiperactivo Rudy su referente tanto en acciones de ataque – rebotes incluidos - como en esa impagable contribución atrás en la que demuestra ser un jugador imprescindible en cualquier proyecto ganador. España firmó un primer cuarto “de libro” 28-17 pero un rival desinhibido y con orgullo empezó a mostrarse especialmente efectivo en ataque recordando diferencias. Sí, nuevamente esa goma tan relacionada con el hecho de que no hay “enemigo manco” como con esa realidad intangible que hace que nuestra intensidad baje poco pero lo suficiente como para perder contundencia. Porque la Selección solo es imparable cuando pone en pista el máximo de su intensidad y concentración consiguiendo entonces un rendimiento perfecto. Sí, cuando el conjunto que dirige Scariolo va al cien por cien mental y físicamente alcanza un nivel que le permitirá mirar a los ojos a cualquiera que se le ponga delante. Y seguramente sigue siendo esa la asignatura todavía pendiente e imprescindible para acometer el objetivo máximo. España, como ninguna selección en este campeonato, no puede permitirse altibajos en los partidos decisivos.

Al descanso, sensaciones no por repetidas menos importantes. 42-37 en el luminoso y necesidad de incrementar la capacidad defensiva. De abortar esas canastas de Bell, Anderson o Anthony, en muchas ocasiones más fruto de la calidad de los jugadores canadienses que de la falta deseo defensivo. Y así fue, con Rudy nuevamente estelar multiplicándose, con Ricky anotando su primer triple del campeonato, con Marc intimidando y Garbajosa habilitando espacios en esa posición de “cuatro” abierto y con Lull trabajando a destajo en beneficio del colectivo. Y con esa buena actitud llegó el distanciamiento en el marcador y con Felipe y Vázquez – fabuloso partido el suyo - dando perfecto relevo a los interiores se mantuvo esa velocidad imprescindible en la calle central. España se alejaba en el marcador ante un rival que no quería rendirse pero tampoco podía ya ofrecer resistencia ante una España que había madurado el partido hasta romperlo definitivamente. Ya no había goma, ya no había ni bajón español ni crecimiento del rival. Las sensaciones en cuanto al juego mejoraban y también la aportación de jugadores hasta el momento con menos protagonismo como un San Emeterio siempre metido en el partido, juegue lo que juegue, siempre sumando desde la defensa y en el ataque. Sólo quedaba finiquitar esa primera fase y esperar el desenlace de los grupos – propio y ajeno - para conocer el rival de octavos. Grecia o Rusia.

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