miércoles, 29 de septiembre de 2010

Mapuche descubren que mestizos chilenos están vivos

Chile, 29 de septiembre de 2010 | Crónica | José Miguel Carrera.

En un esfuerzo descomunal, a costa de sus propias vidas, comuneros mapuches con potentes máquinas de dignidad alimentadas con la energía de sus propios cuerpos, lograron penetrar en diferentes puntos del corazón de los chilenos.

Cómo seguidores de Lautaro, iniciaron esta hazaña el día 12 de julio de 2010, desde lo más profundo de la maldad histórica de los propietarios y administradores del actual territorio de Chile, las cárceles de la Araucanía. Los indígenas, cuya sangre también compone la nuestra, los actuales mestizos chilenos, se organizaron en piquetes como verdaderos mineros. Desde distintos lugares de su territorio, en Temuco, Concepción, Valdivia, Angol,  Lebu y Chol Chol, desde el mismo corazón de la madre tierra, se dispusieron a llegar territorios ahora mestizos y plagados de tantas autoridades y propietarios de muy poca sabiduría social.

El primer obstáculo fue atravesar la costra verde policial, este verde no es natural, es artificial. Fue construido para que no broten semillas de sentimiento en su superficie. Esta dificultad los obligó a modificar la dirección de sus empeños. Reiniciado los trabajos, chocaron esta vez con una capa acumulada en muchos años por unos tipos de señores identificados como “masa de funcionarios” infectada por la maldición de Malinche, el estado de petrificación de esta capa impidió su paso por ella y debieron retirar los cabezales de sus taladros dañados para recomponerlos.

Como mapuche siguieron su afán y ahora sus haces de ejemplo se toparon con piedras sacrosantas y evangélicas de más de quinientos años y dignamente no aceptaron pedir perdón para pasarlas. Que decir cuando se toparon con “las billeteras”, capa de tierra de falso brillo de increíble dureza que protege el nivel de los nuevos mandantes, no las han podido cruzar a pesar del enorme desgaste. Es un pelaje construido hace muchos años compuesta de pactos incumplidos, escrituras de robos de tierras, acuerdos engañosos, y mucha sangre ancestral derramada, eso ha hecho que esta área sea muy compacta e insensible. Pero los luchadores siguen intentando horadarla.

La mala suerte incluso los cruzó con otra veta injusta y reciente que pretende subirse por el chorro de la luz que los huelguistas mapuche impulsan. Una suerte de recalcitrantes representantes de la “era Pinochet”, que derramaron sobre sus taladros dignos una sustancia pegajosa donde brillaban algunas charreteras. Hacen esfuerzos por sacudir de sus instrumentos esa mala sustancia todavía.

Pero estos mineros huelguistas, personas muy inteligentes, apuntaron sus haces de dignidad al mestizaje que se repone de otros engaños, sufrimientos y nostalgias de las últimas décadas. Apuntaron con eficacia sus sondas y llegaron a una capa gelatinosa denominada por las anteriores autoridades “la gente”, no fue fácil perforarla, pero lo hicieron y alcanzaron por fin la buena veta, mucho más rica y brillante, llamada pueblo. Esta zona que abarca toda la superficie del territorio que antes fue de todos los indígenas, hecha de material sencillo y común.

Los impresionados mapuche con alegría descubrieron que ese pueblo mestizo chileno ya venía pensando en ellos. Que sus corazones palpitaban, que los chilenos estaban vivos.  Los mestizos chilenos en distintos sectores de la superficie del país llamado Chile, ignorantemente, y desde hace un tiempo venían reclamando aisladamente sus derechos, pero se han unido para que su dignidad sea rescatada por los huelguistas mapuche.

La tenacidad de estos verdaderos mapuche mineros lograron lo imposible, que niños, y niñas, mujeres y hombres, jóvenes y adultos, todos habitantes de la superficie se manifiesten en su apoyo.

Su sacrificado afán, en el que han perdido mucho peso, ha logrado incluso impulsar lanzas de luz hasta el corazón de Europa, más allá de sus territorios. Quien lo iba a decir: sus empeños causaron efectos donde mismo vino su desgracia hace más de cinco siglos, la que trajeron los conquistadores españoles a nuestro continente, desquiciados por su sed de oro y riquezas.

Los huelguistas están en peligro de muerte y a pesar de eso no desmayan en su constancia por mantener unidas con su ejemplo a localidades tan remotas del corazón de los mapuche, como son Paseo Ahumada, Peñalolén, Cerro Navia, Ñuñoa, Ciudad de México, Londres, Madrid, Talca, Valparaíso, entre otras, con sus localidades ancestrales Arauco, Malleco y Cautín (Yeupeko, Muko, Lleu-Lleu, Temucuicui, Rankilko, Chequenko, Lleu Lleu, Cunco y tantos sagrados territorios mapuche. Salvemos sus vidas.

Fin a la Ley antiterrorista.
Nunca más un doble y abusivo juicio a los luchadores mapuche.
Libertad a los presos políticos que luchan por sus históricas demandas.
Kume Felen

Construyamos un Chile Digno

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