Palamós (Girona), 23 de septiembre de 2010 | Cartas al director | Xus D Madrid.
Tras ocho años gobernada por una coalición de izquierdas e independentistas, la comunidad catalana se enfrenta a un cambio de ciclo que va más allá del presumible regreso de CiU al Palau de la Generalitat para afectar al modelo de sociedad y a la convivencia.
La coyuntura es especialmente delicada: aguda crisis económica, desafección política de la ciudadanía a causa de unos dirigentes desacreditados, aumento sin control ni adaptación de inmigrantes, creciente fracaso escolar y un sinnúmero de conflictos derivados del malogrado Estatuto que, lejos de favorecer el encaje institucional, ha exacerbado las tensiones.
Ante este escenario altamente volátil, sería demoledor que los partidos y sus dirigentes no enmendaran la forma de hacer política y se entregaran a una campaña barriobajera, pasional y demagógica, dando así alas a los tres principales enemigos de los catalanes: el abstencionismo ciudadano, fruto de la decepción; el abusivo intervencionismo gubernamental, que asfixia a la sociedad abierta; y el separatismo político, que envenena la convivencia entre los propios catalanes y con el resto de los españoles.
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