Canarias, 2 de diciembre de 2010 | Politica |Gabinete de Prensa.
Tras los notables resultados obtenidos por Ciudadanos en Blanco (CenB) en las recientes elecciones en Cataluña, donde pasan a ser la décima fuerza política en número de votos con casi 19.000, superando a otros tan nombrados como UPyD o Los Verdes Europeos, siendo el grupo que mayor aumento experimentó contando además con el presupuesto más reducido (1.200 euros), http://www. parlament2010resultats.cat/ 09AU/DAU09999CM_L1.htm
Se inicia en Canarias una nueva andadura de este movimiento político-ciudadano, con el que pretendemos concurrir a las elecciones autonómicas y locales del próximo 22 de mayo del 2011.
Parece que no va a pasar nunca por la cabeza de ningún político el pensar que el sistema democrático tiene dentro una bomba, que es el voto en blanco. Y la intención no es destruirlo sino reformarlo, renovarlo y reinventarlo. El día en que una mayoría de electores, en cualquier país del mundo, votara en blanco, la pregunta sería: ¿qué hacen ahora los políticos?, ¿qué hacen ahora los partidos? José Saramago.
Ciudadanos en Blanco escenifica hoy ese potencial renovador del que hablaba Saramago.
Nos recordarán de las pasadas elecciones generales del 2008, donde nos presentamos por primera vez en Canarias con la llamativa campaña “Saca tarjeta roja al político”, “la voz del descontento tiene un lugar en el Congreso”,
Siendo el primer grupo en denunciar públicamente y abrir una campaña en protesta por el abuso que suponía ya entonces, al inicio de la actual crisis, la autosubida de sueldos que se asignaron los parlamentarios canarios, http://www.eldia.es/2008-05- 22/canarias/canarias10prn.htm
Con grupos en desarrollo en Tenerife, Gran Canaria y Lanzarote, esperamos poder contar con voluntarios en todas las islas para así poder llevar al ruedo político la voz de todos los descontentos, de los desencantados, de los que no creen en esta manera de hacer política y en definitiva, de todos aquellos que no votan o votan en blanco al no sentirse representados ni identificados con ninguna opción política.
Nuestra singularidad: no tenemos ideología, no aspiramos al poder, no pactamos con nadie ni aceptamos dinero, no decimos nada. Callamos. Enmudecemos. Creemos en el valor del silencio en un mundo político donde las palabras han dejado de tener sentido. Callamos, sí, con un silencio acusador, y al tiempo lo decimos todo. O mejor aún, decimos sólo una cosa: decimos NO, no de esta manera. Así, en nuestro programa sólo figura un punto: pedimos la reforma de la Ley Electoral para que los votos en blanco pasen a ser computables y lleven aparejados tantos escaños vacíos como les correspondan. Puesto que eso no ocurre, hasta que ocurra, concurrimos a las elecciones y nos comprometemos a dejar vacíos los escaños que consigamos, para que no sean ocupados por unos políticos que no nos representan. Entendemos que así, cuando los parlamentos empiecen a llenarse de escaños en blanco, el revuelo que se creará será tal que no podrá ser ignorado. Quizá entonces, algunos políticos empiecen a tener miedo, miedo a perder la palabra, el sueldo, la mayoría, la subvención... Quizá entonces, las cosas empiecen a cambiar.
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