Telde, 7 de febrero de 2011 | Opinión | Alejandro Ramos Guerra - ASSOPRESS
Es de sobra conocido para todos los ciudadanos de Telde, las características y particularidades de cualquier índole, del barrio de Jinámar: sociales, económicas o urbanísticas. Por citar alguna, podemos destacar los numerosos edificios (algunos enormes), con los que décadas atrás, intentaron paliar los problemas de falta de viviendas de muchos ciudadanos de Gran Canaria, ubicándolos en esta zona de la isla.
Estas características exteriores, no reflejan los verdaderos problemas que arrojan las grandes moles de hormigón dentro de las comunidades de vecinos. No hablo de cualquier riña o problema normal de convivencia colectiva de seres humanos con sus peculiaridades, sino de verdaderos problemas y dramas de una minoría que puede afectar a la mayoría de vecinos, o al contrario en el peor de los casos.
La complejidad de estas edificaciones de gran altura, hace que en muchos edificios, los ciudadanos con problemas físicos (lesiones óseas, silla de ruedas, vejez, etc), se vean obligados a subir caminando por las escaleras o los propios servicios sanitarios. Pegarse el “palizón” de subir o bajar a aquellos que lo necesitan porque no funcionan los ascensores o están averiados debido a que no se paga la comunidad, es un problema. Falta de limpieza en los edificios, humedades, agua, luz… todo ello derivado de impagos, tanto de cuotas como de derramas, paraliza los servicios y atrapa a muchos ciudadanos que si cumplen con su deber.
¿Y qué culpa tienen aquellos que pagan sus recibos de comunidad de todo esto? ¿Cómo sostener unos servicios básicos comunitarios si no todos los vecinos pagan sus cuotas? ¿Cómo ayudar a aquellas personas que por problemas económicos no pueden hacer frente a cuotas o derramas?
Todos éstos problemas son complejos, más aún con las trabas legales entre administraciones públicas, especialmente del Gobierno de Canarias sobre la situación de viviendas, aunque si queremos que Jinámar avance, tendremos que mejorar el funcionamiento interno de las comunidades de vecinos para empezar a rehabilitar el barrio desde dentro, dotando de servicios básicos a todos los vecinos, teniendo ascensores en buenas condiciones, agua y luz, sin peligro de incendios o inundaciones, y limpieza en los edificios.
Actualmente, muchas comunidades de propietarios en vista de las dificultades económicas, con los problemas que acarrea ser miembro de una junta directiva en una comunidad de propietarios y tener que denunciar a un vecino por impago, han optado por traspasar esa responsabilidad a una gestoría para que se hagan cargo de gestionar los cobros y denunciar a aquellos que no han abonado las cuotas.
Pero tampoco creo que sea la solución que mejore la situación a largo plazo. La solución pasa porque el Ayuntamiento de Telde, centralice en la Gerencia un departamento de comunidades de vecinos apoyado por el Gobierno de Canarias, con información detallada, que conozca quienes son sus juntas directivas, las deficiencias de los edificios, asesore sobre la ley de propiedad horizontal, informe de subvenciones y ayudas a las comunidades, y tenga especial sensibilidad con las comunidades de propietarios que requieran gestionar esas comunidades de edificios problemáticos.
O sea, lo mismo que hace el gestor pero con una gran diferencia, que se conocerá la situación particular e individualizada de cada vecino, los motivos para no abonar las cuotas, si se trata de una situación económica mala o simple pasotismo, y enlazar sus problemas con las concejalías correspondientes, especialmente con servicios sociales si se demuestran situaciones complicadas donde se necesite ayuda externa, logrando identificar los problemas, atajarlos, pero sobre todo no perjudicar a terceras personas para que gocen o sigan gozando de unos servicios mínimos. La denuncia por sí misma no soluciona nada, e igual agrava más la situación. Lo que si que no puede verse afectado es la estabilidad y funcionamiento de una comunidad de propietarios por unos pocos.
Todo ello se podría realizar por un abogado apoyado de becarios tanto de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y su Fundación de carreras, como derecho y trabajo social o estudiantes en prácticas de módulos formativos de administración y finanzas, contabilidad o secretariado de instituto de Telde, más que nada por lo de la época de crisis, evitar costes y poder hacer cosas con el mínimo dinero posible, viéndolo como un servicios que les proporcionará aprendizaje y experiencia a los recién titulados.
Estoy convencido de que antes de reformar por fuera los edificios, que está muy bien, es mejor atajar los problemas reales desde dentro, cerca de lo que realmente se necesita y se carece. Los arreglos exteriores son buenos si se consigue financiación, pero los problemas cotidianos no pueden esperar.
(*) Alejandro Ramos Guerra, diplomado en Relaciones Laborales, y Responsable de la UGT-Telde y Coordinador del PSOE en Jinámar.
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