Baños de Valdearados (Burgos), 16 de febrero de 2011 | Cartas al Director |Domingo Martínez Madrid
Sr. Director
Los últimos datos sobre competitividad nos dicen que España ha perdido diez puntos durante el año 2010, cosa que obliga, además de ser una exigencia alemana a ligar el salario a la competitividad. El objetivo de ligar el salario a la productividad es oxigenar la empresa y no asfixiarla cortándole el aire con obligaciones imposibles en situaciones de pérdidas. La reforma de la negociación colectiva debe primar también los convenios de empresa, porque favorecen unas relaciones laborales ajustadas a las particularidades de las sociedades, lo que abunda en la eficacia para transitar con garantías a través de toda clase de vicisitudes sin condicionantes ni limitaciones impuestas por negociaciones en ámbitos ajenos como el sectorial, el provincial o el estatal. Hoy no tiene sentido que normas pensadas para las grandes empresas condicionen la vida de las pequeñas.
Estamos ante un debate fundamental para la recuperación económica. Hay que racionalizar y vertebrar mejor los convenios con protagonismo para la negociación en la empresa. Y para ello es imprescindible repensar aspectos como la ultraactividad (prórroga de un convenio si no hay pacto para renovarlo) y la cláusula de revisión salarial, así como flexibilizar los acuerdos y agilizar los procesos negociadores. También en este terreno estamos obligados a entrar ya en el siglo XXI.
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