San Bartolomé de Tirajana, 8 de febrero de 2011 | Agricultura | Gabinete de Prensa.
Los agricultores de las medianías y cumbre de San Bartolomé de Tirajana no descartan dedicarse también al cultivo y explotación del almendro como frutal que conviva con las tradicionales fincas de albaricoques y ciruelos, en el ánimo de recuperar los campos y obtener una ganancia en su modus vivendi.
Precisamente para conocer las posibilidades de este cultivo que da colorido de invierno a riscos y laderas, que fue una fuente primordial de alimentación en el pasado pero del que apenas se conoce hoy todo su potencial productivo y económico dada su poca extensión mecanizada y su singular localización en parajes de acceso difícil, los agricultores de la zona alta de Tirajana han participado en una reunión informativa convocada por la Concejalía de Agricultra y Ganadería.
En esta reunión, que tuvo lugar en el salón de plenos de las Casas Consistoriales de Tunte, actuaron como ponentes Marco Díaz-Bertrana Sánchez, reputado técnico agrario y fruticultor, y Cristobal Sánchez Cárdenes, vicepresidente de La Trasierra, una asociación sin ánimo de lucro constituida por vecinos de los municipios afectados por el Parque Rural del Nublo y la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria, que buscan el desarrollo integral y sostenible de la población de esta zona.
La práctica totalidad de los núcleos de población del municipio de San Bartolomé de Tirajana encuadrados en la zona de medianías y cumbre, desde Fataga hasta Ayacata, están sujetos a la Reserva de la Biofera de Gran Canaria.
Selección y clonado de almendreros productivos
En la reunión se puso de manifiesto que el almendrero ha supuesto para la economía agraria isleña durante un largo período histórico un importante recurso económico, paisajístico y cultural, contribuyendo con ello al sostenimiento del mundo rural en las Medianías y Cumbres de Gran Canaria. Pero esta importante fuente de ingresos para estas comarcas sufrió un retroceso a partir de los años setenta debido al progresivo abandono de dicho cultivo, por lo que en la actualidad los almendreros cumplen básicamente una función paisajística. Como herencia de este pasado se conserva la tradición de la repostería y las conocidas Fiestas del Almendro en los municipios del centro de la Isla.
La reunión de los agricultures de Tirajana con los ponentes de La Trasierra sirvió para que éstos informaran del proyecto que esta asociación está impulsando para la recuperación del cultivo del almendrero con acciones a corto, medio y a largo plazo, que permitan repoblar todas aquellas fincas cuyos propietarios deseen incorporarse a la producción de almendras.
En ese sentido, Cristobal Sánchez Cárdenes destaca que en estos momentos ese proyecto está en su primera fase, consistente en la localización y selección de los 20 mejores almendreros de la zona de la Reserva, elegidos por los propios agricultores, para luego proceder a su clonado y reproducción en viveros.
Se pretende que de los almendreros seleccionados se extraigan las púas necesarias para injertar otros 400 que se criarán y serán estudiados en 4 fincas cedidas por sus dueños para este trabajo y garantizar su éxito.
Los objetivos que se persiguen con esta actuación, según el vicepresidente de La Trasierra, es “la recuperación de los almenderos más productivos, y proceder a repoblar con ellos las fincas de sementeras y de frutales de primor que hoy se encuentran convertidas en zonas abandonadas”.
Se trata de llevar el cultivo de los almendros potencialmente productivos derivados de esta selección técnica a fincas mínimamente atendibles y mecanizables para lograr producciones rentables a nivel económico.
“La almendra de esta zona de Gran Canaria es mucho más rica y valiosa que las procedentes de la Península, California y de todo el norte de Afríca, porque tiene mejor textura y mayor proporción de aceite, y por eso es mucho más apreciada en repostería. Sin embargo, en Canarias no se produce siquiera el 5% de la almendra que se consume en las islas. El potencial de venta de este producto aquí es enorme, porque es un cultivo ecológico, de mucha calidad, que requiere poca agua y que con poco se atiende”, afirma Cristóbal Sánchez.
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