sábado, 26 de marzo de 2011

¿Hablamos?

Málaga, 26 de marzo de 2011 | Cartas al Director | Gabinete de Prensa.

Sr. Director:

Hablar es uno de los grandes placeres a los que todo ser humano tiene acceso de forma gratuita. Mantener una conversación puede ser un proceso rutinario, un deseo de conocer al otro, una necesidad de hacerse entender, un esfuerzo de aproximar posiciones o todas a la vez. Sin embargo las prisas de la vida diaria, las tensiones de los desplazamientos y el ritmo al que estamos sometidos, nos impiden hablar, conocernos mejor y afrontar unidos las dificultades y alegrías de la vida.

Cuando hablamos damos y recibimos, enseñamos y aprendemos. Es fantástico poder intercambiar ideas, exponerlas, desarrollarlas. Poder compartir sentimientos, ese mundo inagotable de sensaciones que nos pueden llevar a la luna o a desesperar. Pasar un día sin comunicarnos con el amante, es ir cerrando cada día la fuente del amor.

No sólo hablar para soltar lo que llevamos dentro, no sólo hablar para desahogarnos, no sólo hacerlo para descargar la rabia o la emoción del momento. Se trata de hablar con ganas de escuchar y de que te escuchen. A las personas se les puede dividir en dos categorías: los que hablan para decir algo, y los que dicen algo por hablar. Decía Wilde: “Muchos son los que obran bien, pero contadísimos los que hablan bien; lo que demuestra que hablar es mucho más difícil que hacer, y, desde luego, mucho más hermoso”. ¿Procuramos hablar así?

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