Tenerife, 14 de marzo de 2011 | Opinión |Eloy Cuadra Pedrini (*)
Viernes 11-M, asamblea de Somos Más-Frente Amplio, se constata un fracaso: pese a la voluntad expresa de la mayoría de los integrantes de la plataforma de concurrir a las elecciones de mayo, la asamblea decide que no se dan las condiciones y se desdice de lo acordado en anteriores asambleas. Paradojas de la vida, el 11-M, sinónimo de muerte. Como muerto ha quedado a mi juicio ese intento de confluencia de las izquierdas en Tenerife que dio en llamarse “la izquierda se encuentra” y tuvo su continuidad en este Somos Más-Frente Amplio. En efecto, la izquierda se encontró, pero con las mismas siguieron su camino sin unirse buena parte de los partidos que concurrieron a la llamada. Se quedaron algunos, sólo tres: el precursor de la idea, Izquierda Unida Canaria, los marxistas del PCPC y los de Unión Ciudadana. Poca izquierda, poco cuorum, poco amplio el frente. Y la evidencia del fracaso se hizo notoria el mismo día de la presentación de la plataforma en el hotel Príncipe Paz, pues en falta se echaron en la mesa o sujetando los carteles a muchos de los pesos pesados de IU en Tenerife, señal inequívoca de que poco apostaban ya por aquello y veladamente admitían el fallido intento. Pero, ¿qué sabían de esto los muchos y entusiastas ciudadanos que acudían a las asambleas? Nada. Nada porque el ciudadano de a pie ignora todavía muchas de las maquiavélicas artes de los políticos “profesionales” a los que, mayoritariamente, sólo mueve el afán de poder. Lo que vino después, los que asistimos a las asambleas ya lo sabemos: contraste entre el entusiasmo de los independientes ciudadanos de Somos Más y la poca fe y la incomodidad de los “profesionales” de la izquierda unida. Sus señorías, de repente se veían teniendo que escuchar y dialogar con un camarero, un jubilado, un carpintero y un ama de casa… ¡por favor! El problema se les agravó cuando además comprobaron que los ciudadanos tampoco querían ser comparsas y no se dejaban manipular. El desenlace de este primer acto se completa con la aparición en escena de los díscolos socialistas por Tenerife. De repente, sus señorías encontraban una pareja de baile acorde a su nivel… ¡al fin!... adiós al sótano, adiós al camarero... o dicho con otras palabras: una traición en toda regla, la maté porque era mía, donde dije digo digo Diego y a Somos Más los dejo en vía muerta camino a descarrilar. ¿Muy fuerte lo que afirmo? Está bien, admitamos el beneficio de la duda, por tratarse de IU, un partido que no se ha caracterizado por un excesivo afán de poder. Admitamos también que si lograran ocupar algún escaño en alguna administración, de seguro reivindicarían mejoras sociales, ambientales y laborales frente al tsunami de la derecha que se nos viene encima. Pero en este punto bueno es recordar aquella frase que Maquiavelo hizo célebre y que ya es dogma en nuestro mundo, esa que dice que el fin justifica los medios. La famosa recomendación del pensador florentino es la receta que acostumbran a aplicar hoy los gobiernos de derechas cuando quieren lograr algo. Curioso porque, en este punto coinciden con los que pretenden ser bandera de la verdadera izquierda en Tenerife. Juzguen ustedes.
Sea como fuere, semejante desenlace en cualquier otra circunstancia y tiempo habría dado al traste con el invento de Somos Más-Frente Amplio en Tenerife. Adiós muy buenas y a otra cosa mariposa. Pero el carpintero, el camarero, el jubilado y el ama de casa son persistentes. Y así estamos ahora, con el segundo acto, un segundo intento de donde habremos aprendido ya algo. En mi caso he terminado de constatar lo que ya sabía: que es tal la distancia que separa hoy al ciudadano de la clase política que cualquier intento de hacerlos confluir es complicado, por no decir imposible. Los políticos “profesionales” que quieran entrar a formar parte de algo donde también hay ciudadanos libres deben saber que ser político hoy no es un aval, es una carga, no suma, resta, no genera confianza, despierta sospecha, y a las pruebas me remito.
He venido participando en este grupo aunque desconozco si seguiré después de este artículo ya que los de la izquierda unida también siguen, y es posible que no les guste demasiado mi línea argumental. En cualquier caso, siga o no siga, en este segundo intento: humildad a los altivos para escuchar a los humildes, paciencia y trabajo a los que quieren arreglar Canarias en un día, y respeto y empatía para todos y entre todos.
(*) un ciudadano en prácticas.
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