Canarias, 21 de mayo de 2011 | Opinión | Ciro Negrín (*)
Los vecinos de las Palmas de Gran Canaria nos enfrentamos a retos DECISIVOS en los próximos años. Sin embargo, sólo podremos superarlos con éxito si se cumplen estas dos premisas:
La primera es un cambio drástico en la administración municipal, desterrando las prácticas poco transparentes, la ineficacia y la indolencia de las últimas legislaturas.
La segunda, recobrar la alegría de vivir en esta ciudad, de transformarla cada día con el esfuerzo de todos.
Una alegría integradora, alejada de prejuicios excluyentes, en consonancia con el proyecto común e ilusionante que Unión Progreso y Democracia defiende para todo el país.
No queremos una ciudad deslavazada, ni desconectada, ni que los ciudadanos de Las Palmas de Gran Canaria se vean obligados a hacer frente al pago de indemnizaciones por casos de vergonzantes negligencias y mal gobierno.
Sí queremos consensuar un modelo de ciudad y apostar por él decididamente.
Demostraremos así que sabemos cuidar de nuestra ciudad, que respetamos nuestro entorno; que nos preocupamos por la proyección cultural del municipio y por la educación de quienes vivimos en este rincón del Atlántico.
No podemos permitir que se pierda lo que ya hemos logrado, ni renunciar a seguir creciendo, ni dejar de resolver las carencias que afectan aún a muchos vecinos de Las Palmas de Gran Canaria.
Una gestión eficiente y cercana será, en este sentido, el primer paso para construir una ciudad verdaderamente cohesionada y habitable para todos. Además, es la única manera de consolidar nuestra imagen en el exterior, de la que dependen miles de empleos vinculados al sector turístico.
La delicada situación de las cuentas municipales supone una rémora en nuestras aspiraciones. Pero es también un acicate para demostrar que los ajustes en el gasto no tienen por qué significar una merma en la calidad de vida de los habitantes de Las Palmas de Gran Canaria.
Las Palmas de Gran Canaria necesita que sus habitantes despierten, trayendo un reforzado sentimiento de ilusión por mejorar el lugar donde vivimos, para darle así un nuevo impulso vital a la ciudad.
En UPyD, estamos plenamente comprometidos con ese renacer. Por eso, consideramos necesario devolver a sus habitantes la dignidad de su voto. No podemos seguir consintiendo que, en las elecciones generales o al Parlamento de Canarias, una papeleta depositada en las urnas de nuestra capital valga hasta veinticinco veces menos que los sufragios de otros canarios.
Así, nuestro partido es el único que exige la firma de un compromiso para reformar la ley electoral, si alguien quiere contar con el apoyo de UPyD para gobernar en cualquier institución.
La llegada de nuevas ideas al ayuntamiento ha dejado de ser un lugar común. En este caso, es un anhelo de los ciudadanos, que se reflejará en las urnas el próximo domingo.
Es difícil que los responsables del declive que ha experimentado nuestro municipio en los últimos años sean capaces de dar un viraje en su modo de gobernar, si no se lo exigimos, en el día a día; en las urnas y en el salón de plenos.
En UPyD, haremos nuestras las demandas de los ciudadanos, y las plantearemos como obligaciones irrenunciables; tanto si formamos parte de la oposición como si compartimos responsabilidades en el gobierno municipal.
Muy pronto, el 22 de mayo, tendremos una gran oportunidad para poner de manifiesto que queremos darle la vuelta a la política de esta ciudad. Vamos a aprovecharla entre todos.
(*) Candidato por UPyD a la Alcaldía de Las Palmas de Gran Canarias
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