EE.UU., 3 de junio de 2011 | Sociedad | Leandro Albani
Una nueva legislación aprobada por la Cámara de Representantes estadounidense permite al presidente Barack Obama encabezar guerras en todo el mundo y sin límites de tiempo, bajo el argumento del combate contra el terrorismo internacional. Así lo reveló la cadena de radio y televisión Democracy Now, que puntualizó que ese sector parlamentario, controlado por el partido Republicano, además avaló un proyecto de ley de gastos de defensa “con una serie de disposiciones polémicas”.
Un mayor control guerrerista para la Casa Blanca y el aumento del dinero destinado a las guerras de agresión, contrastan duramente con la situación interna del país, donde la desocupación llega a un nivel nunca antes vista y los recortes a los servicios sociales básicos todavía repercuten en la población. Días atrás la Cámara de Representantes de Estados dio el visto bueno para que 690 mil millones de dólares sean destinados a la defensa para el año fiscal 2012, pese a que el Ejecutivo norteamericano puede aplicar el veto presidencial.
Según Democracy Now, con la normativa se apunta a que “toda persona que no tenga ciudadanía estadounidense y que sea sospechosa de terrorismo vaya a juicio federal, independientemente del lugar en que sea detenida”. El proyecto también permite ampliar “las facultades del Presidente para hacer la guerra en todo el mundo y sin límite de tiempo contra los sospechosos de terrorismo y los países que presuntamente los respalden, aunque no exista conexión con los ataques del 11 de septiembre”, en referencia a los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York, adjudicados, según Washinton, a Al Qaeda.
Para la integrante de la Unión Americana por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés), Laura Murphy, la nueva legislación autoriza a desarrollar “la guerra en todo el mundo” y “se traducirá en poderes irrestrictos para utilizar el Ejército dentro y fuera del país”. La normativa aprobada destina 119 mil millones de dólares para sostener las invasiones militares en Irak y Afganistán, un incremento salarial del 1,6% para las tropas y medidas de apoyo a las familias de militares.
La aprobación final de la iniciativa se alcanzó luego de que los legisladores rechazaran una medida que intentaba lograr un cronograma y una estrategia de salida para las tropas estadounidenses en Afganistán. Con este paso dado por los republicanos, vuelven las discrepancias frente a lo anunciado por Obama de comenzar la retirada paulatina de los 100 mil soldados norteamericanos en suelo afgano a partir de julio próximo y hasta el 2014.
La normativa, que también incluye temas relacionados a Libia, tiene que ser consensuada en el Senado, con estrecha mayoría demócrata, que la debatirá la segunda semana de este mes.
EEUU por dentro
Crisis y disminución de libertades en materia de derechos civiles es una constante en Estados Unidos que, por supuesto, es manipulada u ocultada por los grandes medios de prensa, sobre todo en lo referido a la violación de las libertades ciudadanas. Aunque el pico más alto de represión interna se vivió con la administración Bush y la aprobación de la Ley Patriota, informaciones recientes demuestran que esa política se mantiene con la prórroga por cuatro año más de la referida ley y se refuerza con las decisiones gubernamentales, sean del Pentágono o del FBI.
Medios alternativos y organizaciones de derechos humanos han denunciado que más de 2.600 manifestante estadounidenses fueron detenidos durante la gestión presidencial de Obama, cifra que no tiene en cuenta los arrestos y redadas contra inmigrantes en el país, víctimas de los mayores actos de violencia policial. La represión interna también se pudo observar en las acciones policiales contra los manifestantes que rechazan los recortes presupuestarios estatales que van desde las golpizas hasta detenciones con los consiguientes procedimientos intimidatorios de fichaje, amenazas a la integridad personal y familiar, abusos sexuales, entre otros.
A todo esto se suma la política del Pentágono que considera cualquier ciberataque contra Estados Unidos como un acto de guerra, abriendo la posibilidad de responder militarmente por hechos apenas comprobables, algo común en la Casa Blanca. Para ello, desde inicios del 2010, el presidente Barack Obama puso en movimiento el llamado Cibercomando, el aparato militar-cibernético adscrito a los comandos en que se distribuyen las fuerzas armadas de EEUU, encargado, según su jefe principal, de defender o atacar preventiva y militarmente a los países desde donde supuestamente saldrían los ataques cibernéticos, lo que significa un proceso de toma de decisiones basado en una alta incertidumbre acerca del real adversario.
El Departamento de Defensa definió que las respuestas se aplicarán si peligraran los suministros de energía, los servicios en los hospitales y los sistemas de emergencia del país. Como forma de responder a esto, Washington tendrá la posibilidad de impulsar sanciones económicas, una ofensiva informática o la agresión militar.
A la situación de represión interna se suma la crisis permanente surgida por las estafas hipotecarias durante la administración Bush. Un resumen de cifras y datos aparecidos en los últimos días muestran el panorama estadounidense:
• El desempleo se mantiene en 9%, afectando a más de 13 millones de personas.
• La empresa procesadora de nóminas ADP dio a conocer que el sector privado añadió solo 38 mil nuevas plazas laborales en mayo y que en abril se crearon menos empleos de lo estimado.
• La firma Challenger, Gray and Christmas, informó que las compañías estadounidenses anunciaron más de 37 mil despidos en mayo, un cifra mayor que el mes anterior.
• Se estima que en la última década la escasez de medicamentos se agravó en los hospitales estadounidenses, donde en la actualidad se reportan carencias de hasta 211 fármacos anualmente, según difundió el diario The Washington Times.
• El periódico estadounidense La Opinión reveló que en el estado de California las cárceles se encuentran hacinadas y su capacidad de albergar a 80 mil personas está desbordada por la presencia de 143 mil reclusos. Esta situación, que según la Suprema Corte de Justicia del país es calificado como castigo inusual y cruel, se agravó desde que comenzaron las “privatizaciones” de penitenciarías.
• Un estudio publicado por New York City Coalition Against Hunger, demostró que en esa ciudad estadounidense al menos 1,4 millones de personas, incluidos más de 400 mil niños, padecen hambre, siendo una situación que abarca diversas capas de la población.
La profundización de la política guerrerista, que se creía exclusiva de las administraciones republicanas, continúa su marcha de la mano de un presidente que fue galardonado con el premio Nobel de la Paz. Una condecoración que no hizo reflexionar a Obama a la hora de ordenar los bombardeos sobre Libia, Pakistán y Afganistán, donde los civiles muertos aumentan día a día para sobrepasar los cuatro millares.
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