Olot (Girona), 4 de junio de 2011 | Cartas al Director | JD Mez Madrid.
El PNV ha sido la fuerza más votada en el País Vasco, pero los resultados dibujan un escenario peligroso para esta formación. La coalición promovida por Batasuna le supera en concejales. El PNV ha alimentado el radicalismo y ahora los radicales amenazan su hegemonía en el espectro nacionalista.
Pienso que ha llegado la hora de que el PNV abandone la ambigüedad y se decante. La geometría de pactos variable ha dejado de ser una opción. Si el PNV no impide que Bildu se haga con el control de instituciones como la alcaldía de San Sebastián o la Diputación de Guipúzcoa, tendrá que dar explicaciones a esa burguesía vasca que conforma el núcleo de su electorado.
Pero también esa burguesía nacionalista debe reflexionar. Ha mantenido una culpable equidistancia, y ahora ve con horror la opción de ser gobernada por aquellos a quienes se ha empeñado suicidamente en “blanquear”. No deja de ser paradójico que sea el PP quien lance un salvavidas a los partidos que crearon el monstruo de Bildu, PSE y PNV, con su propuesta de pacto a tres bandas. La duda es si aceptarán la mano tendida. No obstante, ahora ha llegado la hora de la verdad para ambas formaciones.
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