La Palma, 16 de septiembre de 2011 |Política Territorial | Gabinete de Prensa.
Dos equipos de encuestadores recorren la isla, para revisar los nombres de todos los lugares, incorporar nuevos topónimos a los registros que ya existen y conseguir la normalización ortográfica y representación cartográfica de todos los términos
La empresa pública cartográfica de Canarias (Grafcan) y la Academia Canaria de la Lengua, continúan con su estrecha colaboración para lograr una identificación más precisa y una mayor correspondencia con los nombres originales de todos los topónimos de La Palma.
El convenio suscrito entre las dos instituciones ha servido para que dos equipos de encuestadores se hayan podido dedicar a recopilar una exhaustiva información acerca de los diferentes nombres con el que los lugareños han designado los lugares en los que desarrollan su actividad diaria.
El consejero delegado de Grafcan, Miguel Ángel Pulido, señala que así “se intenta frenar la pérdida de un patrimonio cultural como es la denominación de los lugares, como consecuencia de los procesos de expansión urbana, especialmente en áreas rurales. Hay que tratar, por ello, de evitar la pérdida de lo que todavía hoy se emplea y de enriquecer este patrimonio recuperando aquellos topónimos que aún perviven en la memoria de una parte, cada vez más reducida, de nuestra población.”
La Toponimia es el conjunto de nombres propios que aparecen en un mapa, producto de la vida de los grupos humanos en su relación con el entorno y tiene entre sus aplicaciones prácticas las de ayudar a resolver las negociaciones por conflictos de linderos, servir de base para realizar trabajos en la prevención de desastres, actuar de manera más eficaz en las labores de seguridad y emergencias, ayudar a la ordenación y planificación territorial y urbanística, hacer análisis del medio ambiente, planificar sistemas de comunicaciones y transporte y muchas otras.
La principal diferencia de este estudio y otros que se han realizado es, según Pulido, la unión entre Toponimia y Cartografía “que nos ha llevado a un enfoque distinto al de los estudios puramente lingüísticos, de interminables listados sin referencias espaciales, introduciéndonos así en el campo de la cartografía y la toponimia aplicada y georreferenciada que ya disponemos en Canarias”.
Desde un punto de vista cartográfico, la Toponimia constituye uno de los elementos más importantes de un mapa. Su rotulación, además de permitir la identificación de los elementos geográficos que aparecen, aporta una información directa sobre los elementos cartografiados, como su extensión mediante la colocación de los rótulos; su naturaleza mediante el color o tipo de letra y su importancia mediante su tamaño.
Por todo esto, la correcta recogida y rotulación de los nombres en un mapa son temas de máxima importancia. Además, su informatización y digitalización permiten una rápida puesta al día y aportan una base sólida, para todo tipo de investigaciones futuras.
Pero, frente a los avances tecnológicos que permiten la rápida representación cartográfica del terreno, la recogida de los topónimos sigue constituyendo una labor lenta debido a las diferentes fuentes de las que se deben obtener datos, para que sean fiables y correctos. De ahí la importancia de las tareas de la Academia Canaria de la Lengua y del equipo de profesionales que están trabajando para transcribirlos correctamente y localizarlos con exactitud para su correcto registro y normalización a partir de criterios lingüísticos, como origen etimológico, difusión y grado de conocimiento de distintas variantes ortográficas de un mismo nombre de lugar.
La estandarización de las formas escritas de los topónimos permitirá un ahorro de tiempo y esfuerzo a la hora de determinar el uso correcto de los topónimos en mapas y otras publicaciones, tanto públicas como privadas.
Por otro lado, no hay que olvidar gracias a su informatización, digitalización y publicación a través de la infraestructura de datos espaciales de Canarias (IDECanarias http://www.idecan.grafcan.es) está haciendo posible la creación de una base de datos que constituye una fuente de gran valor, sobre todo por su capacidad para poner esta información al servicio de los ciudadanos.
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