Canarias, 13 de septiembre de 2011 | Opinión | Xavier Aparici Gisbert (*)
Muy señores y señoras míos:
Me dirijo a ustedes no en su calidad de miembros de la mal llamada clase política, ni en su condición de afiliados de sus partidos políticos, sino como representantes de la ciudadanía en las Cortes del Estado. Por mi parte, les requiero no como un súbdito, ni como un administrado, sino como uno más de los ciudadanos y ciudadanas a los que ustedes tienen la obligación de respetar en el ejercicio de sus argos políticos. Les escribo esta misiva para, tras haber sido aprobada en el Congreso y el Senado la reforma del Artículo 135 de la Constitución, hacerles una recomendación con respecto a la posibilidad que asegura nuestra carta Magna de realizar un referéndum de ratificación a la población y el derecho que les asiste a ustedes de solicitarlo.
Pues ahora ya no es relevante su valoración política o el sentido de su voto en las votaciones efectuadas para aprobar, por vía de urgencia, la modificación constitucional. Tampoco es ahora el caso de saber su opinión sobre si las prisas han estado justificadas, dado el nulo efecto en la mejora de las condiciones de la deuda pública española o sobre si cabe modificar las reglas fundamentales de hacer política al pairo de las corporaciones financieras especulativas.
Ni es el momento de que nos expliquen su parecer sobre si con los cambios aprobados la soberanía estatal de nuestro país queda supeditada a un ente multinacional y no democrático, como es la llamada Unión Europea, lo cual contravendría la Constitución e impediría su puesta en práctica mientras no se proceda -como se estipula el Artículo 95.1.- a una revisión constitucional.
Ni hace falta que nos hagan saber sus criterios sobre el añadido a las obligaciones con “Los créditos para satisfacer los intereses y el capital de la deuda pública de las Administraciones (…)” en cuanto a que “(…) su pago gozará de prioridad absoluta.”, frente a las urgencias, necesidades, derechos y preeminencia de las cuestiones sociales.
Lo que ahora cuenta es saber si ante la clamorosa petición popular para que se escuche el parecer soberano en esta controvertida modificación constitucional, ustedes, señorías, van a atenderla solicitando donde proceda que se realice un referéndum para que el pueblo se pronuncie. Más aún, siendo que ustedes han sido elegidos por la ciudadanía canaria, la más desasistida y la más empobrecida de España, la que más acusa los recortes presupuestarios y la que más mal parada resultará con estas restricciones al estado social ¿A quién si no se deben ustedes que a la gente de Canarias y a sus intereses?
Más allá de las extraordinarias condiciones legales, sociales y económicas de las que gozan por su autoridad como representantes del pueblo en las instituciones del Estado; más allá de sus fidelidades partidarias, de sus ambiciones personales y de sus conveniencias electorales, señorías, ustedes ¿nos representan?, ¿nos respetan?, ¿nos sirven?
(*) Filósofo y Secretario de Redes Ciudadanas de Solidaridad. http://bienvenidosapantopia.blogspot.com.
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