Olot (Girona), 14 de septiembre de 2011 | Cartas al Director |JD Mez Madrid
Si lugar a dudas lo más importante de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Madrid, además de dar frutos vocacionales -para el matrimonio, el sacerdocio, la vida religiosa- es que dé frutos de “una nueva solidaridad, un nuevo amor, de paz en el mundo y de perdón”, valores que han podido ser redescubiertos en la vida cristiana, pero cuya asimilación “depende también del compromiso de cada uno”.
En cualquier caso, pienso que la parte más importante de la JMJ es la parte espiritual y “la conversión” y, en esta línea, ha estado el momento de la confesión que en esta Jornada ha adquirido especial relevancia ya que el Pontífice confesó a varios jóvenes en el Parque del Retiro -que durante esos días fue el Parque del Perdón- esto tuvo lugar, el sábado 20 de agosto, por primera vez en la historia de las JMJ.
“Esto es también para dar un ejemplo a los sacerdotes, que tienen que dar importancia a la confesión, que es un momento esencial de la vida cristiana, el cambio de la vida personal, moral, y pedir ayuda al Señor, que es grande y misericordioso. Pudo ser también para los que han abandonado la fe o la práctica religiosa”, al tiempo que cabe destacar que el Santo Padre quería mostrar asimismo que “la Iglesia es como el padre de la parábola del hijo pródigo, que perdona y acoge”.
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