lunes, 19 de septiembre de 2011

LA VIRGEN, EL MEJOR RECLAMO TURÍSTICO

Málaga, 19 de septiembre de 2011 | Cartas al Director |Elena Baeza

Sr. Director:

Dentro de un enclave maravilloso, prodigios escondidos, pero no menos extraordinarios que los mismos que el mismo Señor se digna permitir a su Madre Santísima que sabe elegir para que nosotros vayamos a venerarla. Hoy, en medio de un ambiente festivo, ¡hasta el día se ha lucido!, cuando se esperaban aguaceros, un sol radiante ha salido también para alegrar la fiesta de la familia. En el Santuario de Torreciudad de Huesca y presidida por el arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Antonio María Rouco Varela, se ha celebrado la XXII Jornada Mariana de la Familia. Decían que el aforo es de 15.000 personas, “creo que hay más” ha comentado un experto.

La belleza te lleva a Dios, la fe la encontramos en la belleza. Y es cierto, docenas y docenas de familias al completo para ponerse y poner a sus pequeños a los pies de la Virgen en esa fiesta de espiritualidad y devoción mariana, dentro de esa gran riqueza turística, patrimonial, rural, gastronómica y natural que también hay que destacar.

Un grupo de niños entre los 8 y 11 años decían: “venimos a pedir por todas las familias del mundo”, fíjense no han pensado solo en sus familias, sino también en las de todo el mundo. Los niños son sinceros y generosos, lo que piden para ellos, también lo piden para los demás.
En los sesenta confesionarios que hay en el Santuario estaban sacerdotes confesando desde las 10 de la mañana con colas inmensas y, es que para celebrar una gran fiesta hay que limpiar primero la casa por dentro para recibir a los personajes que invitamos ¿Cómo no limpiarnos por dentro, si al que vamos a recibir es a Jesús Sacramentado?

No sabemos, ni sabremos los milagros que la Madre de Dios habrá otorgado hoy a los miles de peregrinos que han acudido a visitarla, muchos serán materiales y otros tantos espirituales. Por qué, si importante es lo material, tanto más lo espiritual, y es que la tristeza, es el pecado y la alegría, es la gracia.

Quiero recordar aquellas palabras santamente ambiciosas que tantas veces repitió, lleno de fe San Josemaría Escrivá: “¡Soñad y os quedaréis cortos!”. La historia una vez más, le está dando la razón.

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