SALT (Girona), 12 de septiembre de 2011 | Cartas al Director | Jesús Martínez Madrid
El inicio del curso académico más que para iniciarlo haciendo huelgas es un buen momento para tomar conciencia sobre la relevancia del sistema educativo y sobre la necesidad de un urgente pacto de Estado en la enseñanza que afecte a todos los niveles de la educación y a todas las personas implicadas. Máxime cuando nos encontramos en una permanente ceremonia de la confusión provocada por quienes, al margen de una compleja realidad política, social y económica, consideran que la salida a la crisis debe transitar al margen de su responsabilidad.
No hay un buen sistema educativo sin un diseño claro de la educación de la persona, sin la implicación de los padres, sin unos profesores que lo son por vocación, entusiastas y motivados en un trabajo que es, sin duda, clave para el futuro de la sociedad. ¿A qué esperamos? Más, si tenemos en cuenta que la educación es la célula sensible del tejido de la sociedad futura. Sometida desde hace demasiado tiempo a los vaivenes de la ideología política, el hecho de que el Estado social y de derecho haya asumido un protagonismo especial en el ámbito educativo debe conducir a una especial sensibilidad hacia el bien común. Un sistema educativo para que funcione, necesariamente, a de contar con padres, profesores y alumnos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario