sábado, 24 de septiembre de 2011

VALSEQUILLO APUESTA POR EL “CUENTAME”

Valsequillo, 24 de septiembre de 2011 | Cultura | Gabinete de Prensa.

Un señor empuja un carro artesanal de su puño y creación, es un raro invento, que cruza las calles del pueblo haciendo ruido metálico poco agradable, pero el lleva una sonrisa en su boca, parece una cabeza tractora de ferrocarril a escala, lleva las manos metidas por la parte trasera, manejando un pequeño volante. Pero si tiene discos de frenos y estriberas, para qué diablos servirá esto, pensé… Entra en la plaza de Tifariti, buscando gloria y manifestación.

Atrás Vicente, tira de un precioso burro peinado. Un platero asustado, pues el pobre animal no sabe que hubiera Romería el dominical tan temprano. Un bonito carro diligencia enganchado al burro, hace las delicias de los viandantes. Muchos son los curiosos que sacan la cámara en ristre y disparan una y otra vez. Nadie comprende del todo, las relaciones caprichosas del invento de la rueda y la feria que despierta Valsequillo.

Una Ariel Squarce force, con D. Heriberto busca la entrada a la exposición rebosante de salud. Unos chicos no tan pequeños, vienen bajando por el camino viejo con una “Antorcha” de las de Mollet, encantados a la feria. Tony ve como el carrito de carga de fundición, de los de antes. Pesa lo suyo para cargarlo, empuja unas ruedas de hierro. Que le sacan el desafinado al asfalto.

Un extraño mercadillo se monta bajo una carpa. Algunos curiosos que ya repiten años de visitas, se presentan a primera hora, para llevarse lo no repetido. Un viejo libro olvidado de taller, manuales de la moto del abuelo, o aquel que cargo toda la mañana con la lata de pimentón gigante. La adquisición de su vida. En otro lado un enorme rastro de recambios viejos, de motos oxidadas, de olvidos conservados, hace el rebuscar de los curiosos, hay mucho material y la mañana es larga, igual encuentra la gomilla de sujeción de los faros que le falta.

El Sr. Velásquez encuentra la razón por su afición, a la fabricación de camiones de juguete. Tiene pasaporte, harto de tanta feria de artesanía. Lleva toda la mañana agradeciendo a San Miguel y al perro maldito, el hallazgo de su continuidad. Una flota de camiones de hojalata y madera, lucen palmito alineado, como si la parada de COMOFU se tratara, a la espera de un cliente perdido.

Grupos numerosos de coches clásicos y antiguos, se oyen ronronear en las calles paralelas. Todos vienen resueltos a vivir una buena jornada de feria y admiración, poco a poco, algunos antes y muchos después invaden literalmente los espacios callejeros de un Valsequillo rendido ante tantas joyas del ayer.

Pepe Monzón, el hijo del ilustre, expone en la sala municipal, su obra. La historia del motociclismo en Canarias, 1954-1967, Un trabajo de chinos. Una colección de coches antiguos de Maxbox, de Rafael abarrota las vitrinas. Mientras las mejores imágenes del ayer de competición, se pasan en la pantalla gigante.

Atrás quedó el paseo de la tarde, cuando un amplio rosario de fotingos visito los barrios del pueblo, escoltados y patrullados por un grupo de moteros agradecidos del nublo. Desfile para entrar al pueblo después del tentepié. Reconocimientos para todos. Fue la cita esperada, la antesala a un gran fin de semana clásico.

La noche de los Brincos, exalto nuestra cordura y refresco nuestros recuerdos. “La otra tarde bailando estaba con Lola. Me decía que se encontraba muy sola” las cifras de la cita, se barajan a lo loco, más de cuatro mil personas querían regresar al pasado. Hubo muchedumbres agarradas, disfrazadas y atontadas por el regreso al futuro. Unos iban de Elvis, otros del vitels y otros de campana y tergal, los tupes y las melenas afro batieron records. Y algunos otros se olvidaron de dormir.

Y la mañana se hizo corta otra vez, se hizo intensa tal vez, pero siempre queda el sentimiento de que algo bueno y grande se está cociendo a fuego lento. No hay prisas, ni competencias deshonestas, solo hay mimo y convicciones. Detalles y credenciales. El Cuéntame historias sobre ruedas gira a 33 RPM como el Pic up de don Blás, llegaran otras marchas de crucero, llegaran las grandes historias sobre ruedas, mientras tantos no desperdiciemos las cercanas, que no por locales son menos bellas.

El cura se enfadó con la charanga, que se olvidó de la misa, a algunos les robaron la escarapela en el cristal de su carro maqueado, las casetas de feria desentonaban la armonía sobre ruedas, el alcalde preparo su corto discurso para no pecar, incidiendo en el compromiso del futuro, el cartel presentado del Viejas Glorias, habla de juventud y patrimonio. Y la gente hasta hizo la cola para pagar el euro de la inscripción, aunque algunos se fueron cargados de regalos y otros simplemente felices.

A algo más de las 4 h de la tarde del domingo, ya desierto todo el pueblo en sobremesa, otra banda de rock continuaba tocando. Tenía a un grupo de gente relajada, clásicos de coches y motos. Oían embelesados éxitos de los “Creadencee revival” y nadie les echó del “Cuéntame” que se fue apagando lentamente como arrancó.

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