KTM ha lanzado al mercado la moto que pedían sus incondicionales más jóvenes. La 125 Duke es, por derecho, heredera de sus hermanas mayores, las 690 Duke y 990 Super Duke: igual de agresiva a la vista, tan manejable en marcha y con un equipamiento que la convierte en uno de los modelos más solventes de su categoría.
El fabricante austriaco tenía una cuenta pendiente con los jóvenes usuarios de moto de asfalto y la ha saldado a lo grande. La 125 Duke no es una moto para niños ni un proyecto de KTM. Es una máquina en la que se pueden detectar todas las señas de identidad de las motos naranjas, empezando por el diseño minimalista de su carrocería, el inconfundible chasis multitubular, la innegable calidad de sus componentes y, ya en marcha, el carácter de su motor. Por su aspecto desafiante más de uno dudará si lo que abraza su bastidor es ‘sólo’ un 125 cc.
El minimalismo de su diseño tiene otra ventaja directa: su ligereza. Como buena KTM su poco peso –sólo 124 kg- es una de las principales bazas de esta naked de pequeña cilindrada. Por eso se ha fabricado con las características llantas y el basculante con refuerzos a la vista mediante fundición a presión de aluminio. En el tren delantero se ha escogido una imponente horquilla invertida WP de 43 mm –con pinza de freno de anclaje radial- que transmite con fidelidad a las manos del piloto la lectura que las ruedas hacen del asfalto que pisan. Encontrar el límite a la parte ciclo de este modelo es prácticamente imposible.
El motor es un monocilíndrico de cuatro tiempos con doble árbol de levas en cabeza y 124,7 cc que alcanza el límite marcado por la ley: 15 CV de potencia. Los obtiene a 9.500 rpm, aunque para que a lo largo de todo el cuentarrevoluciones se disponga de par aprovechable, este propulsor tiene un diseño de carrera corta. A través del funcional display digital se puede saber cuál es el nivel de gasolina del depósito de 11 litros de capacidad, así como el consumo instantáneo. En este sentido, la ficha técnica declara una media de 3,3 litros a los 100 km.
Nada se ha dejado al azar en la 125 Duke, como lo demuestra el sistema de escape inferior que prácticamente queda oculto tras la rueda trasera y rematando la quilla. A pesar de pasar tan desapercibido a la vista, su sonido de baja frecuencia resulta muy agradable para otro de nuestros sentidos: el oído.
Y para los que quieran hacer de su 125 Duke un objeto personal e intransferible, el catálogo Power Parts de KTM ofrece un sinfín de detalles de customización, todos de primera calidad. Kits de adhesivos, placa porta faro, disco de freno de competición con soporte anonizado en color naranja a juego con la cadena –también opcional-, asiento monoplaza, soporte de matrícula corto, kit de luces, protectores anticaídas y hasta pegatinas para adornar las llantas. Todo cabe en la pequeña 125 Duke. Para conocer lo más urbanita de KTM pueden entrar en www.ktm125duke.com o visitar Valsebike Motos, concesionario oficial para la provincia de Las Palmas de la marca de Mattighofen, y verla en directo. Su precio es de 3.789 euros gastos de matriculación e IVTM no incluidos.
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