Pedro Peñate hace análisis de lo que ha sido la primera semana de competición en el Dakar Argentina Chile Perú 2012. El piloto del equipo KH-7 Valsebike afronta la recta final con dudas sobre la mecánica pero con la certeza de estar en su mejor momento deportivo, tanto por preparación como por experiencia.
Día de balance en Copiapó. La capital de la región de Atacama, en Chile, es el punto en el que la pequeña ciudad itinerante que se mueve alrededor del Dakar ha decidido hacer este año su jornada de descanso. 24 horas que la mayoría de equipos emplean para revisar de arriba abajo los vehículos.
Para Pedro Peñate, del KH-7 Valsebike, este día de paréntesis ha llegado en un buen momento. Su moto, la KTM 450 EXC con un kit especial lleva varias etapas con la temperatura del motor demasiado elevada y el personal técnico del Epsilon Team ha podido diagnosticar el origen del problema. Lo explica el propio piloto. “El motor no recibe suficiente caudal de aire fresco y, a la vez, por las fibras, no logra evacuar el caliente que genera. Esto, con el paso de los kilómetros, hace que se caliente mucho y empiece a fallar. No hay solución, aunque a diferencia de una primera semana en la que ha hecho un calor terrible, las zonas que vamos a afrontar a partir del lunes son más frescas, así que espero que ayude”.
Ése ha sido el mayor problema que se ha encontrado el piloto canario en las siete primeras etapas de este Dakar 2012, las que han llevado a la columna de vehículos desde Mar del Plata, en Argentina, hasta Copiapó, en Chile. “Tanto en la quinta como en la séptima etapa, superar una zona de dunas relativamente complicada era una verdadera odisea. En lo físico me encuentro mejor que en ninguna de mis otras cuatro participaciones, de eso no tengo ninguna duda, pero la dureza de estos días se ha debido al calor y al fallo de motor”.
Se subsane o no, Peñate está decidido a resistir caiga quien caiga. “Ni se me ha pasado por la cabeza bajarme de la moto. A ningún piloto le gusta sufrir por culpa de la mecánica, pero forma parte del juego.
Mentalmente alcanzar la jornada de descanso es como alcanzar la cima de la montaña y todo lo que viene ahora es cuesta abajo. No me olvido de que posiblemente esta segunda semana será la más dura, pero me siento preparado. Estoy fuerte y las nuevas herramientas de navegación, unida a la experiencia de estos años me ha hecho mejor en este aspecto”. Ha sufrido mucho para llegar hasta aquí y por la experiencia del pasado año sabe que era importante mantenerse con la mente en la carrera y no desconectar demasiado. Ha descansado más que ningún otro día desde que cogió el avión hacia Argentina, pero ha seguido en contacto con su equipo y organizando su asistencia para no estar ocioso.
Como otro de tantos pilotos que acuden año tras año a correr el Dakar sin dedicarse profesionalmente a ello, el único superviviente del equipo KH-7 Valsebike tras el abandono de su compañera Rosa Romero en la tercera etapa, afrontar la última semana implica también saber que esto se va acabando. “Vale que se sufre, pero a los que nos apasiona esto... Tenemos que hacernos a la idea de que nos queda una semana de montar en moto. Quiero disfrutar estas siete etapas que quedan y tengo mucha curiosidad de conocer cómo son los paisajes de Perú”, afirma el de Valsequillo, que actualmente ocupa el puesto 106 de la general a consecuencia del tiempo perdido en la tercera etapa, cuando se detuvo en varias ocasiones para intentar reparar la moto de su compañera de equipo.
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