Girona, 28 de febrero de 2012 / Cartas al Director / Jesús D Mez Madrid.
“Jesús condena firmemente la vanagloria”, ha dicho el Papa: actuar para ser admirado por los demás, como enseña el pasaje evangélico “San Mateo, 23, 3-4”, “nos sitúa a merced de la aprobación humana, lo que rompe los valores que fundan la autenticidad de la persona”.
El Señor Jesús, por el contrario, como sabemos, se presentó al mundo como un siervo, despojándose totalmente de sí mismo y rebajándose hasta ofrecer en la cruz la más elocuente lección de humildad y de amor. De su ejemplo surge una propuesta de vida: “El mayor entre vosotros será vuestro servidor” (Mt 23, 11).
Algo que, como concluye Benedicto XVI, debemos meditar “quienes en la comunidad cristiana somos llamados al ministerio de la enseñanza, para que puedan siempre atestiguar con sus obras las verdades que transmiten con la palabra”. Pienso que son ideas para que pensemos y meditemos durante esta Cuaresma.
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