Girona, 8 de febrero de 2012 / Cartas al Director / Jesús D Mez Madrid.
El Papa ha mostrado, en su discurso en el Bundestag, el itinerario de "un corazón dócil al lenguaje del ser", capaz de reconocer la gran evidencia: "el hombre no se crea a sí mismo, posee una naturaleza que debe respetar". De esa forma existencial de considerar la naturaleza humana surge la gran pregunta: "¿Carece verdaderamente de sentido reflexionar sobre si la razón objetiva que se manifiesta en la naturaleza no presuponga una razón creativa, un Creator Spiritus?". Una pregunta que es el testimonio de una mirada completa, la de una razón no racionalista, despierta, que se pregunta por el origen. Y que del origen vuelve al derecho: "sobre la base de la convicción de la existencia de un Dios creador, se ha desarrollado el concepto de los derechos humanos, la idea de la igualdad de todos los hombres ante la ley". La provocación que lleva aparejado este modo de usar el entendimiento es, sin duda, para los juristas, pero sobre todo, para los que tienen que lidiar con los problemas de la vida. O sea, para todos.
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