Barcelona (España), 19 de abril de 2012 / Cartas al Director / Pili Montalbán
“Las Vegas” se instalarán en España de la mano del magnate Sheldon Adelson –propietario de la mayoría de casinos de Las Vegas- ante la perspectiva de la creación de miles de empleos, plazas hoteleras, o campos de golf. Pero un estudio profundo muestra las repercusiones de este tipo de complejos lúdicos. Por ejemplo: El estado de Nevada, donde se encuentra Las Vegas, destaca por tener las mayores tasas de desempleo, de ejecuciones hipotecarias y de criminalidad de Estados Unidos.
El informe de la (NGISC: National Gambling Impact Study Commission) destacaba que la posibilidad de convertirse en un ludópata aumentaba en más de un 75% si se vivía a menos de diez millas de uno de estos casinos gigantes, o que el porcentaje de los que han sido arrestados alguna vez aumenta según su mayor relación con el juego.
También los costes sociales se incrementan: los ludópatas consumen drogas, pierden sus trabajos, sufren episodios depresivos o trastornos maníacos y se divorcian, en tasas muy superiores a los no jugadores. Además, un 20% de estos adictos se suicidan. ¿Vale la pena crear empleo a costa de fomentar el vicio, que en cualquiera de sus formas, degrada al hombre y lo destruye? ¿O es que la única vara de medir válida es la del dinero?
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