Baños de Valdearados (Burgos), 25 de mayo de 2012 / Cartas al Director / Domingo Martínez Madrid.
Pienso, Sr. Director, que la Iglesia no puede callar ante la injusticia de que muchas personas no tengan ni siquiera lo necesario para vivir, pero su tarea profética le empuja a poner el acento sobre las raíces morales de esa injusticia. Únicamente donde se ve a Dios, comienza realmente la vida, subraya con fuerza el Papa. No somos el producto casual y sin sentido de la evolución. Tenemos derechos y deberes con respecto a los hermanos, pero no podemos olvidar que cada uno de nosotros es el fruto de un pensamiento de Dios, que cada uno de nosotros es querido y amado, y que la primera responsabilidad de la Iglesia es recordar a cada generación que la dimensión espiritual del hombre es fundamental. En esa certeza comienza el camino de la verdadera conversión, que siempre es un camino abierto para todos. Al menos así lo veo yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario