Ingenio (Gran Canaria), 9 de mayo de 2012 / Artículo de Opinión / Juan Díaz Sánchez (*)
El Gobierno prepara un decreto para salvar a
la banca y el sistema financiero. Se trata de
sanear los activos tóxicos de las cajas y
bancos españoles, activos tóxicos, muchos de ellos
provocados por los propios bancos, la avaricia
de muchos empresarios, y por leyes promovidas
desde la propia política que nos llevó a la
burbuja inmobiliaria. Todos éramos conscientes de
esa burbuja, de que llegaría el momento del
hundimiento de la construcción y nadie hizo nada
por salvar la situación. Hoy nos quedamos con
una gran cantidad de edificios sin acabar,
proyectos presentados en los Ayuntamientos sin
posibilidad de ejecutar, viviendas, naves
industriales acabadas sin posibilidad de
vender ni de alquilar, son éstos, los productos tóxicos
que desestabilizan el sistema financiero y que
ahora, se pretende que, una vez más, con dinero
público, o sea, con dinero de los ciudadanos
salvemos la situación.
Estos
activos que figuran en los balances de los bancos con un valor mucho mayor del
que tienen en este momento (pueden incluso no
valer nada). En el caso de los bancos y cajas
españolas, esos activos tóxicos se han
generado con la burbuja inmobiliaria , como comenté
antes. Por ejemplo, suelo, vivienda o nave que
valía mucho hace cinco años y que ahora no
vale nada. Promociones inmobiliarias fallidas
en las que se embarcaron los propios bancos.
Ahora tendrán que venderlos a precio de
mercado, que es mucho menor del valor que tuvieron
en su momento.
Sacar
esos activos tóxicos de los balances de los bancos, para sanearlos, y
depositarlos
en otra entidad es lo que se denomina crear un
banco malo.
El
Gobierno, representante de los ciudadanos, debe garantizar que las pérdidas
para
sanear los bancos la paguen los bancos y no
los ciudadanos. Está claro que un Estado no puede
desentenderse de la situación de un banco,
entre otras cosas, porque un banco tiene los
ahorros de muchísimos españoles. La pregunta
que todos nos hacemos: ¿Cómo va a hacer esa
intervención el gobierno? ¿Quién la paga? La
respuesta es sencilla, la pagan los ciudadanos, o
la pagan los bancos. Los ciudadanos de a pie
tenemos claro que lo debe pagar los bancos,
porque la culpa de lo que ha pasado en los
bancos no la tenemos los ciudadanos sino quienes
dirigen o dirigían los bancos.
La
Conclusión es clara: Las ayudas que el Estado conceda a los bancos que no le
cueste ni un euro a los ciudadanos. O sea, si
se le concede préstamos o avales, que sea a un
interés de mercado. Con lo cual, no sólo no se
pierde un euro de dinero público, sino que se
ingresa en las arcas públicas los intereses
que los bancos pagan por esos préstamos. Y si el
banco no puede pagar el préstamo por su mala
gestión que lo pague el Fondo de Garantía de
Depósitos, es decir, el resto de los bancos.
Lo
importante siempre es garantizar que no se pierda ni un solo euro de dinero
público.
Nuestro
presidente, el Sr. Rajoy, a pesar de decir lo contario en la campaña “ sube el
impuesto de la renta a las personas físicas”
subirá el “IVA” en 2013. Prometió acabar con el
paro y nos anuncia subidas de desempleados.
Prometió que no se recortaba en educación, que
no íbamos a tener copago, y ocurre todo lo
contrario y nos pide más esfuerzos a los españoles.
El Sr.
Rajoy ha anunciado que el sistema español de pensiones está garantizado y que
no tiene previsto inyectar dinero público en
la banca, o sea, nuevamente nos ponemos a
temblar. Ocurrirá lo contrario.
(*) Concejal Portavoz del PSC-PSOE de Ingenio
ex -
Alcalde de Ingenio
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