Telde (Gran Canaria), 2 de junio de 3012 / Artículo de Opinión / Mari Carmen Castellano Rodríguez (*)
Con
la llegada de la ya conocida y reconocida cita anual del 25 de noviembre
instituciones y organizaciones destinan especial voluntad y esfuerzo para
activar campañas de prevención y sensibilización en materia de
violencia de género, acciones cuyo fin es aprovechar la conmemoración de esta
fecha para visibilizar una inicua realidad muchas veces mal entendida, sujeta a
menudo a percepciones erróneas, a posturas tendentes a justificar lo injustificable
o, simplemente, a enfoques que no reconocen la violencia de género como tal.
En
este sentido, deseo aprovechar el recuerdo que cada año se dedica a las
internacionales e institucionalizadas hermanas Mirabal para manifestar, en
calidad de ser humano y como mujer, mi más firme rechazo a esta lacra social y
cultural que es la violencia ejercida contra las mujeres a lo largo y ancho de
la geografía mundial, así como refrendar el compromiso adquirido por la
corporación que represento de cumplir con el mandato constitucional y demás
normativa de referencia que viene a depositar en los poderes públicos la
obligación de materializar y hacer efectiva la igualdad de trato y de
oportunidades entre mujeres y hombres, exigencia que el ayuntamiento de Telde
asume tanto desde el cumplimiento de la norma como desde el convencimiento de
estar trabajando en una cuestión tan elemental como es el pleno disfrute de los
derechos humanos y las libertades de las personas.
La
violencia ejercida contra las mujeres no se traduce tan solo en las
espeluznantes cifras anuales que muestran el resultado mortal de su práctica.
Esta violencia se siembra a través de los procesos de socialización en los que
se construye social y culturalmente a hombres y a mujeres, y se ejerce de diversas
formas, más o menos encubiertas, más o menos aceptadas, más o menos
reconocidas. De este modo, en nuestra sociedad actual parece que la tradicional
división entre mujeres y hombres se va difuminando haciéndose cada vez más
imperceptibles las desigualdades, generándose discursos que dan por zanjado un
tema que se considera resuelto pero que, desde luego, es tan real y atroz como
el número de víctimas que se cobra incesantemente.
La
igualdad entre mujeres y hombres no está conseguida así como la violencia de
género, que constituye uno de los obstáculos para lograr dicha igualdad de
trato y de oportunidades, está aún lejos de ser erradicada. Por ello, la labor
perseverante de agentes sociales con implicación en el tema sigue siendo
necesaria, y en este aspecto el ayuntamiento de Telde continúa dando respuesta
a la demanda de cientos de mujeres que cada año acceden a los servicios de
atención jurídica y psicológica de la concejalía de igualdad de oportunidades y
derechos de la mujer, y que constatan la presencia de esta violencia en sus
vidas, preferentemente en el seno de las relaciones de pareja, sin estar exenta
la agresión sexual en el entorno de la vida social así como el acoso en el
medio laboral.
Ante
la realidad cotidiana de un problema social de tal magnitud tenemos el deber de
mantener abiertos todos los frentes necesarios para ir minando la germinación
de la semilla de la violencia, no decaer en la siembra paralela de la
sensibilización, de la prevención, e incluso de la reeducación de valores, y
con motivo del 25 de noviembre, La
Concejala de Igualdad de Telde, que dirige Herminia Demetrio, propone y apuesta por una campaña de
compromiso con la lucha por la erradicación de la violencia al tiempo que
simboliza el rechazo más contundente al maltrato y a quien lo ejerce, pues no
puede haber nunca argumento que justifique la violencia de género.
(*) Alcaldesa de Telde (Gran Canaria).
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