Agüimes (Gran Canaria), 9 de octubre de 2012 / Fiestas / Gabinete de Prensa.
Hasta nuestros días ha
llegado un tipo de hombre que no rige su vida por la hora que marca su móvil, a
quien no le importa internet, ni la prima de riesgo. Un hombre que conoce el
sonido de las campanas de la iglesia, el canto del gallo, las nubes y los
rastros de los lagartos. Que no entiende eso de salir del trabajo, ya que el
trabajo duro, diario y constante es su forma de ser: Francisco González Romero,
Paquito en el pueblo de Agüimes.
A sus casi 85 años se sigue levantando de noche
para atender a oscuras a sus 11 reses, sus ovejas, sus cabras, sus gallinas,
los perros y el cercado, en una rutina silenciosa en la penumbra de su cuadra
del paraje agüimense de Mujica. Paquito
le habla a sus animales y estos le entienden, hombre de pocas palabras,
austero, que ha visto mucho pero que cuenta poco.
Paquito
presume de nieto y habla del chico de los
Arias y de Fernandillo, como los
últimos exponentes de ganaderos de Agüimes. Les aconseja y les advierte de lo
duro de la vida de labrador. Su aspecto endeble, delgado y curvado por el paso
de los años y el duro trabajo, engaña al que no lo conoce. Sigue entero y sus
manos que tiemblan al coger el bolígrafo, no dudan un instante al empuñar el
sacho. La falta de juventud la suple con la experiencia y el animo diario, del
que se dedica a una tarea que no entiende de domingos, puentes ni festivos.
Francisco González Romero, Paquito, recibió el pasado domingo un
reconocimiento por la trayectoria de toda una vida dedicado a la ganadería,
homenaje de sus compañeros, con la colaboración del Ayuntamiento de la Villa de
Agüimes.
El acto se desarrolló en el
marco de las fiestas en honor a Nuestra Señora del Rosario, al inicio de la
entrega de los premios de la feria de ganado. El alcalde de la Villa de
Agüimes, Antonio Morales Méndez, le hizo entrega de una placa en reconocimiento
a su labor y al convertirse en un referente para los jóvenes agricultores y
ganaderos.
Durante el
acto también de se destacó un especial “reconocimiento al espíritu emprendedor de
todos los hombres y mujeres del campo” de los que continúan con el testigo
de este noble oficio y de aquellos que ya no están pero que han dejado huella
por su trabajo, esfuerzo y dedicación en nuestras tierras.
Paquito reconoce
que, en la actualidad, el relevo generacional es el mayor problema que sufre el
campo y para solucionarlo sería necesario el beneplácito de las
administraciones públicas para animar y ayudar a todos los jóvenes que quieran
abrirse camino en el sector primario. En su caso particular, su hijo Abián
González se prepara para recoger el testigo de una explotación familiar
con los pilares bien asentados.
Entre otros datos de
interés, hace unos años Paquito fue premiado por la Consejería de Agricultura,
Ganadería y Pesca del Cabildo de Gran Canaria, dentro del programa de
subvenciones “Los Sabios de la Tierra” por mantener, respetar y fomentar las
artes tradicionales y los oficios ancestrales hasta nuestros días.
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