Telde (Gran Canaria), 8 de julio de 2013 / Artículo de Opinión / Maribel Castro Melián. Periodista de Telde
Las dictaduras no son buenas ni nunca lo serán, sin embargo Aureliano Santiago hizo de Telde su virreinato donde imperaba el caciquismo más vulgar y el ordeno y mando, todo un “señor feudal”, que hacía lo que se le antojaba en los vastos dominios de este municipio.
Han sido tres décadas de tropelías, pero el pasado viernes el Juzgado de lo Penal número 6 de Las Palmas de Gran Canaria, emitía la sentencia que lo inhabilita durante 7 años para el desempeño de cargo público por un delito de prevaricación en el "Caso Yrichen".
A Francisco Santiago, alcalde de Telde, se le ha imputado un gran cúmulo de delitos, y hasta ahora había campando a sus anchas: Caso Los Alisios, Grúas Barrios, Caso Bético, Caso Calero, La Mareta, el caso del recaudador municipal, los vertidos de El Goro, etcétera, pero ha sido el de Yrichen, el que ha acabado con su impunidad.
- Me asombran las palabras del ex cura de La Pardilla y alma máter de este Centro, Jorge Hernández, "Me duele la sentencia, pero Paco puede irse con la cabeza alta", parece que estuviera refrendando aquello de que el fin justifica los medios, o sea que lo que se hace mal está justificado si es por una buena causa. Pues mire, no es así y nos alegramos de que la Justicia lo haya tenido claro.
El grave problema de Aureliano Santiago, es que siempre pensó que estaba por encima del bien y del mal, tantos años en poder le convirtieron en un monstruo que acuñó aquello del “conmigo o contra mi”. Muchas familias de Telde, entre ellas la mía propia, podemos dar fe de lo que era disentir de sus modos caciquiles de ejercer el poder.
Aureliano Santiago tiene lo que se ha buscado, se ha cavado su propia tumba política con su forma de actuar, siempre hizo lo que quiso sin pensar en las consecuencias. Ahora, una vez más, se topa con la Justicia, pero esta vez no tiene tanta suerte y lo inhabilitan para ejercer como cargo público durante siete largos años.
Esto se le acabó, los ciudadanos pueden estar tranquilos, sólo una sentencia lo ha podido alejar de la política a la que llegó siendo un “pibe”. Ya no volveremos a verlo en los carteles electorales.
Cayó el virrey de Telde.
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